- El estado de alarma decretado hace ya más de un mes y al que aún le restan un mínimo de tres semanas ha alterado el día a día de una sociedad que vive ahora recluida en su casa, trabajando quien puede y aguardando a que amaine el temporal los menos agraciados. El confinamiento, comodidades al margen, no entiende de clases y afecta a todos por igual. Las imágenes de niños siendo felicitados por sus vecinos han abierto telediarios y los partos se han convertido en noticia por las estrictas medidas de seguridad que les rodean. Óscar de Marcos (Laguardia, 14-IV-1989) ha vivido ambas cosas en primera persona, ya que cumplió 31 años el pasado día 14 y hace unas pocas semanas, en pleno estado de alarma, vio nacer a su primer hijo. Protagonista ayer de una nueva rueda de prensa telemática ofrecida por el Athletic, el polivalente futbolista alavés respondió a esta y otras cuestiones.

En lo relativa al nacimiento de su hijo, no ocultó que tanto él como su mujer lo vivieron “de una manera diferente”. “Me hubiese gustado que lo hubiesen conocido sus abuelos, sus tíos y mis amigos, pero todavía no ha podido conocer a nadie. Tengo abuelos mayores y quiero que conozcan a su biznieto. Es verdad que a través de las videollamadas hoy en día tenemos la suerte de poder ponerles en contacto, pero no es lo mismo. Me gustaría que le abrazaran y le dieran besos”, expuso, no sin antes agregar que en casa están haciendo “un cursillo intensivo de aitas”. “Al ser el primer hijo no eres muy consciente de lo que viene. Normalmente sueles tener ayuda de la familia y de algún amigo al que le cuentas lo que te pasa y te dice si es normal o no. Nosotros no hemos tenido nada de eso. Con los únicos con los que me veo son con los del supermercado y tampoco les quiero dar la brasa con mi situación. Me hubiese gustado vivirlo de otra manera, pero lo estamos disfrutando y lo estamos aprovechando. Se nos cae la baba todo el rato, aunque también es intenso y hay muchas cosas que hacer”. Entre ellas, cambiar pañales, algo que dijo ser capaz de hacer “con los ojos cerrados”.

El descanso activo que tanto él como sus compañeros de equipo están viviendo desde que se decretó el estado de alarma le ha venido bien a De Marcos para recuperarse de la lesión en el tobillo izquierdo que le ha impedido jugar un solo minuto desde el choque ante el Atlético del 26 de octubre y que el 20 de diciembre le llevó al quirófano para tratar de solventar definitivamente el problema. “Está mucho mejor”, admitió. “Este tiempo en casa ha hecho que me recupere. No sé si del todo, pero sí he avanzando mucho. Las lesiones necesitan tiempo y me lo está dando este confinamiento. Hay que buscar algo positivo en esta situación tan delicada”.

En este sentido aseguró que además de los ejercicios que recibe por parte del club y que son iguales que los del resto de sus compañeros, los fisioterapeutas y readaptadores también le han hecho llegar otros específicos para el tobillo. “Estoy con la cinta de correr, la bici y tengo una zona bastante lisa para poder moverme. Uno de los mayores problemas que tenía era el del primer impulso en la arrancada con el pie izquierdo y eso lo puedo detectar muy rápido si estoy mejor o peor y estoy bastante mejor”, agregó. Asimismo, dijo no tener ansiedad por volver a jugar. “La verdad es que no. No me he encontrado bien estos meses y no he tenido esa ansiedad de jugar. Es verdad que ahora me estoy encontrando mucho mejor y ya se me empieza a remover el estómago y tengo un poquito más”.

Óscar de Marcos hizo también un repaso de su carrera, de los cambios de posición, de lo que Marcelo Bielsa le aportó a él en lo personal y en lo futbolístico -reconoció que para él Marcelo está “en un altar”- y habló también del inolvidable partido en Old Trafford ante el Manchester United, el que considera que es su mejor recuerdo como futbolista. Por encima incluso de la Supercopa conquistada frente al Barcelona. ¿El motivo? Los nervios y la tensión tras el holgado triunfo del choque de ida (4-0). El miedo a la derrota. “La Supercopa fue algo único. El 4-0 de San Mamés fue increíble, teníamos ese miedo a no conseguirlo cuando estábamos tan cerca de lograr el título. Entonces no disfruté tanto la ida y la vuelta era como que si no lo acabábamos consiguiendo era un pequeño fracaso. Así que me voy a quedar con el partido de Manchester. Lo conseguimos allí y nadie pensaba en la vuelta. Habíamos hecho un partido único y lo disfruté como si no hubiese un mañana”.

El de Biasteri recordó también sus impresiones tras firmar por el Athletic y pisar por primera vez el vestuario. “Sentí muchas cosas. Miedo, nerviosismo, a su vez orgullo… Es una situación que por mucho que te la imaginas, hasta que no estás dentro no sabes hasta dónde has llegado. Llegué a Isla Canela y era la tarde libre de los jugadores. El hotel estaba vacío, me puse el chandal del Athletic, me miré al espejo y decía: “¡Qué pasote!. A la vez no sabía si salir del cuarto o no. Tienes miedo, nervios, orgullo. Les mandas fotos a los amigos… Es una situación difícil de explicar”, expuso.

Al margen de esas vivencias y otras muchas que no son tan especiales pero que sí guardan un lugar especial en su memoria, De Marcos afirmó que aún le queda otro sueño por cumplir. “Si ganamos la Copa este año todavía me resta otro más de contrato con el Athletic y luego no sé si me quedarán más, pero ganar la Copa sería un sueño. Esperemos que esta situación pase, porque lo bonito de ganar una Copa es poder disfrutarla con toda la afición. Si no, pasa a no ser ni la mitad ni un cuarto”, explicó.

“Este tiempo en casa ha hecho que me recupere. No sé si del todo, pero sí he avanzado mucho”

Jugador del Athletic