- La abrupta entrada en escena del covid-19 ha modificado drásticamente nuestra manera de vivir y, desde hace ya más de un mes, nos obliga a permanecer confinados en los domicilios convirtiendo en imposibles tareas que hasta ahora formaban parte de la sencilla rutina cotidiana y borrando del calendario citas fijas en las agendas. Sin embargo lo que ha no ha conseguido este minúsculo pero mortífero enemigo es acabar con el ingenio y las ganas de buscar alternativas que permitan poner buena cara al mal tiempo.
Ejemplos de ello, afortunadamente, abundan. El último, el que aporta el Club Deportivo Landederra de Elburgo, que tiene en el Nordic Walking su nexo de unión. Se trata de un deporte de resistencia en claro auge en los últimos años que consiste, fundamentalmente, en caminar al aire libre con la ayuda de bastones de montaña con los que se obtiene el impulso para aumentar la velocidad del paso. El conjunto alavés es un asiduo participante del completo calendario de pruebas de esta modalidad que se celebran a lo largo de toda la geografía pero, como en tantos otros casos, desde hace semanas debe conformarse con revivir en el recuerdo las ya celebradas. Ni siquiera el entrenamiento, al ser imposible también poder practicar al aire libre, ofrece un mínimo consuelo. Pero, lejos de venirse abajo por esta situación, el Landederra ha tirado de ingenio hasta dar, por fin, con un curioso sustitutivo.
"Echamos de menos el contacto con otros marchadores, el ambiente de las pruebas, la emoción de la competición... En definitiva, todo lo que nos gusta hacer y de lo que disfrutamos habitualmente y que ahora no podemos. Así que le hemos estado dando vueltas hasta encontrar una solución que nos permita quitar un poco el mono", explica Fidel Gómez, presidente del club. El resultado es la primera edición de las 4 Horas Virtuales de Nordic Walking que tendrá lugar mañana domingo
"Tenemos bastante contacto con gente de otras agrupaciones y durante estas semanas de confinamiento siempre hablas de lo que no se puede hacer. El pasado 29 de marzo había una prueba prevista en Bizkaia que organiza el Club San Adrián y los días anteriores comentábamos entre bromas que tendríamos que hacerla desde casa. Al final de manera un poco improvisada la gente hizo lo que pudo y fue compartiendo sus fotos. Como a nosotros nos gusta liarnos la manta a la cabeza recogimos el guante y nos propusimos montar esta de manera ya un poco más seria y con la idea de que, mientras dure esta situación, se convierta en un calendario alternativo de pruebas con diferentes organizadores", explica Gómez.
Una idea que ha contado con una excelente acogida entre los habituales de la marcha nórdica. Porque las cifras dejan claro que el poder de convocatoria de los de Elburgo ha sido extraordinario. Nada menos que más de 350 personas se han inscrito ya -el plazo continúa abierto hasta poco antes del inicio- en este novedoso evento.
Una prueba que, lógicamente, se ha tenido que adaptar a las particularísimas condiciones que impone el coronavirus. De esta manera, la cita virtual tendrá lugar entre las diez de la mañana y las dos del mediodía y el objetivo es que, durante esas cuatro horas, haya siempre al menos una persona haciendo nordic. Para ello se han habilitado tramos de diez minutos y cada marchador participará el tiempo que desee -de manera continuada o con periodos de descanso-.
La principal diferencia, evidentemente, respecto a una competición normal de esta disciplina es la imposibilidad de desarrollarla en el escenario natural que habitualmente las acoge. Obligados por las circunstancias, en esta ocasión los cerca de cuatrocientos deportistas que tomarán parte contarán con un recorrido personalizado. Cada cual, donde pueda. En la terraza, en el patio, en el jardín, en el garaje, en el pasillo de casa... No importa. Todos son igual de válidos. El propósito es, durante un rato, andar con bastones sabiendo que, en ese momento, hay otras muchas personas que comparten la afición por este deporte haciendo lo mismo a lo largo y ancho de todo el planeta.
Y ese es precisamente otro de los grandes logros conseguidos por esta primera edición de las 4 Horas Virtuales de Nordic. Desde una pequeña localidad como Elburgo, ha conseguido traspasar fronteras casi inimaginables. "Tenemos bastante relación con el club Baylasun, que está en Urrugne, en Iparralde, y desde el principio colaboramos con ellos en la organización. Por eso contábamos con que se apuntara gente de Francia pero la verdad es que el resultado final nos ha desbordado un poco", confiesa el presidente del Landederra. Algo que es perfectamente comprensible tras un breve repaso a la amplia lista de inscritos. Una relación en la que además de marchadores de prácticamente todos los rincones de España -a día de hoy Cantabria, Castilla La Mancha y Baleares son las únicas comunidades que no están representadas-, aparecen también nombres procedentes de Francia, Italia, Reino Unido, Líbano, Chile y Australia.
Un importante -e inesperado- carácter internacional que ha empujado a la organización a flexibilizar los horarios de la prueba. Y es que para participantes de orígenes tan dispares como Chile o las antípodas (Australia) el inicialmente previsto les obligaba a tener que llevar a cabo sus recorridos en plena noche. Por ello, se han adaptado a las necesidades de cada deportista en función de su lugar de residencia.
Al margen de esta pequeña modificación, la prueba mantendrá el guion inicialmente previsto. De esta manera, en el momento de la inscripción (online y gratuita) se genera un dorsal que cada participante se imprime o, en el caso de no poder hacerlo, recibirá por correo ordinario. Al mismo tiempo se determinan los tramos de recorrido que se tiene previsto recorrer. Uno de los objetivos de los promotores del evento era que en todos los periodos de diez minutos dispuestos hubiera al menos una persona marchando y se consiguió a las primeras de cambio.
Ya el mismo día de la prueba cada uno de los marchadores se encargará de confirmar que cumple con el objetivo marcado en el momento de la inscripción o, en caso contrario, informar del resultado final de su participación. Ello permitirá llevar a cabo el cálculo final de los logros conseguidos entre todos y aunque, a diferencia de las competiciones tradicionales, no habrá clasificación ni vencedores, sí se repartirá un diploma a todos quienes hayan empuñado los bastones.
Pero además, al igual que en otros deportes, lo más gratificante llegará en lo que podría considerarse el tercer tiempo. Será el momento en el que, a través de la Red que ha permitido unirlos en esta aventura, los marchadores compartan sus fotografías, vídeos y comentarios de esta caminata virtual por el mundo que, sin ninguna duda, será inolvidable para todos ellos. Lo harán, eso sí, deseando que las próximas bromas puedan llegar en persona y sobre el escenario natural que habitualmente comparten en cada cita.
Alternativa virtual. Ante la imposibilidad de competir en la naturaleza, el Club Landederra ha optado por trasladar el Nordic Walking a un escenario 'indoor'.
Todo vale. La terraza, el jardín, el patio, el garaje, el pasillo de casa... Cualquier lugar es válido para la prueba de mañana.
Internacional. El poder de convocatoria ha sido extraordinario, reuniendo a marchadores de hasta siete países, entre los que estarán algunos de primer nivel italianos y la campeona de España, Sonia Mirás.
Horario. Entre las diez de la mañana y las dos del mediodía tendrá lugar la prueba, que se ha dividido en tramos de diez minutos para que cada participante pueda diseñar el recorrido más acorde a sus condiciones y necesidades. En todo momento habrá alguna persona marchando en algún punto del planeta.
La 'moviola'. Una vez completada la prueba, Internet servirá de foro común en el que quienes hayan tomado parte compartirán sus fotos, vídeos y comentarios a la espera de poder hacerlo cuanto antes en persona.
Habrá participantes de Chile, Francia, Líbano, Italia, Reino Unido o Australia y el arco de edad va desde adolescentes hasta septuagenarios
Entre los que se han apuntado a esta novedosa iniciativa está la campeona de España de la especialidad, Sonia Mirás