- Hay ocasiones en las que el destino parece empeñado en burlarse de nosotros con una dosis extra de mala leche. No tiene suficiente con privarnos de algo por lo que se había estado luchando durante mucho tiempo sino que, además, lo hace cuando ya casi se está tocando la recompensa con la yema de los dedos. Y eso es precisamente lo que le ocurrido en las últimas semanas al equipo de baloncesto en silla de ruedas Fundación Vital Zuzenak.
Después de muchos años de duro esfuerzo y sacrificio compitiendo en las diferentes categorías de esta disciplina deportiva, el conjunto vitoriano afrontaba la actual temporada con una enorme ilusión como principal faro de su entregada labor. Porque, por primera vez en su historia, la escuadra alavesa iba a tener la posibilidad de tomar parte en un torneo continental. Su buen papel el pasado curso en la División de Honor le había concedido esta oportunidad y el esfuerzo económico acometido por la entidad para convertirla en realidad había hecho el resto.
Como consecuencia, el pasado día 13 de marzo estaba previsto su estreno en la fase final de la Euroliga 3 que se iba a desarrollar en Francia. Una fecha con la que los integrantes del combinado de Sergio Moreno llevaban soñando desde que se dio el pistoletazo de salida al ejercicio y que, desgraciadamente, se ha convertido en inolvidable para todos ellos por un motivo bien diferente.
Porque el vendaval desatado por el covid-19 que tantos desastres está generando a su paso también se ha llevado por delante los sueños del Zuzenak. Apenas una semana antes de la fecha prevista para el inicio de la competición continental, la Federación Internacional no tuvo más remedio que rendirse a la evidencia y anunciar la cancelación de todos los torneos previstos debido al imparable avance de la pandemia y sus terribles consecuencias.
Así pues, la escuadra gasteiztarra se dio de bruces con la dura realidad quedándose a las puertas de poder cumplir el sueño al que tanto tiempo y esfuerzo había dedicado. "La verdad es que ha sido un palo muy grande para todos pero como llegó de golpe y en el último momento no hemos tenido demasiado tiempo para pensar en ello", explica el técnico Sergio Moreno.
Un preparador que ha visto cómo, de repente, la planificación de toda la temporada saltaba estrepitosamente por los aires. "Está claro que esta era la fase más importante del año para nosotros y habíamos enfocado el trabajo para intentar llegar en el mejor momento pero, al final, no ha servido para nada", confiesa.
Pero, más allá de la lógica decepción por no poder plasmar sobre el parqué el resultado del duro trabajo desempeñado durante los últimos meses, lo más doloroso para todos es el varapalo anímico. "Ha sido un golpe moral tremendo, porque todos nos habíamos volcado con lo que era un sueño para nosotros y no sabemos si alguna vez podremos volver a tener la opción de disfrutar de algo así.
Un punto de vista que también comparte el presidente de la Fundación Zuzenak. "Esta temporada por fin se habían juntado todos los condicionantes, que son muchos y muy complicados, para que el equipo pudiera participar en su primera competición europeo. De repente ha aparecido el coronavirus y ha echado al traste nuestras ilusiones. Es evidente que lo primero es la salud y en ese sentido no se puede decir nada pero tampoco podemos ocultar la decepción que ha supuesto", explica Julio Roca.
El veterano responsable de la entidad apunta además otra de las claves que ayudan a entender el varapalo que ha supuesto la cancelación de la Euroliga. "Para un equipo como el nuestro es muy complicado poder llegar a un evento de este nivel. Esta temporada lo habíamos conseguido pero, aunque queramos, es muy difícil que el año que viene se puedan dar otra vez todas las condiciones que hacen falta y podamos recuperar lo que hemos perdido", asume Roca.
Algo que, al menos, sí tiene más posibilidades de conseguir una de las integrantes del equipo, Agurtzane Egiluz, con otro de los grandes eventos que se han caído del calendario como consecuencia de la inesperada entrada en escena del coronavirus. La vitoriana es una habitual en las convocatorias de la selección española de baloncesto en silla de ruedas y, en principio, contaba con muchas opciones de ser citada para los Juegos Paralímpicos de Tokio que debían disputarse este verano. Una cita que, como tantas otras, no podrá disputarse como estaba previsto. En su caso, eso sí, no ha sufrido la cancelación sino el traslado a 2021, por lo que Egiluz todavía puede conservar su sueño de formar parte de la expedición paralímpica.
Otro año en División de Honor. Pese a que la cancelación de las competiciones internacionales era conocida desde hace semanas, la incertidumbre sobre el futuro del torneo doméstico se ha mantenido durante mucho más tiempo. De hecho no fue hasta la tarde de este viernes cuando la Federación Española hizo pública su decisión de dar por terminado el ejercicio sin disputar las jornadas que restaban para el cierre del mismo. Como consecuencia se mantiene que reflejaba la clasificación en el momento de la suspensión de la Liga y se toma la decisión de que o se produzca ningún descenso este curso. Sí habrá, por el contrario, dos ascensos, que recaerán en los dos primeros clasificados de la Primera División tras la última jornada disputada. Como consecuencia, el Fundación Vital Zuzenak se garantiza su presencia la próxima temporada entre los mejores en un torneo que contará con dos equipos más.