adre mía la que está cayendo. Y lo que es peor, lo que queda por venir. Yo hoy quería hablar sobre un ingrediente muy nuestro como es la patata pero lo que a la sociedad alavesa hoy nos atañe es algo bien distinto por lo que lo dejaremos para artículos venideros .
A nadie le cabe ninguna duda de que esta crisis sanitaria va a ser larga y dura. Para superarla se necesitará la colaboración y responsabilidad de cada uno de nosotros, trabajando como un verdadero equipo, compartiendo un objetivo común. En este caso no va a ser una victoria en la París-Niza o levantar los brazos en una de las carreras populares de finales de invierno sino que irá más allá y será una victoria dedicada a la responsabilidad como ciudadanos, como sociedad. En este caso somos todos gregarios del bien común y en nuestras espaldas recae la responsabilidad de que no solo el líder llegue a la meta sino que todo el pelotón llegue en las mejores condiciones posibles al final. Cuando un deportista profesional se esfuerza lo hace hasta el límite, incluso a veces necesita superar los límites de lo humano, para conseguir los objetivos. Suena a exageración, pero yo lo he visto con mis propios ojos. A la sociedad no se le va a pedir tanto, solo deberemos tener responsabilidad, seguir las órdenes de equipo y demostrar que tenemos sentido común y conciencia social. Por favor, hagamos las cosas como dios manda, que nos estamos jugando demasiado.
Para los deportistas va a ser una temporada que nos provocará mucha frustración, no va a ser fácil entrenar adecuadamente, los objetivos marcados a principio de temporada se alejarán en el tiempo y la cancelación de competiciones nos dejara huérfanos de ese espíritu competitivo y de ese despliegue de adrenalina que tanto necesitamos. Todo ello lo debemos sustituir por entrenamientos en nuestras casas, por paseos o carreras por nuestros caminos y montes, cumpliendo las normas de distancia e higiene y, sobre todo, evitando las aglomeraciones. En mi caso, y sé que en el de muchos de vosotros, no os podéis imaginar lo que me frustra tener que cambiar mis hábitos de entrenamiento que tan bien me hacen sentir, pero no queda otra: o lo entendemos y cumplimos a rajatabla las obligaciones que tenemos entre manos a día de hoy o la estaremos liando parda de una manera totalmente irresponsable.
Hablemos un poco de la alimentación, debemos seguir prestándole la atención que se merece, que es mucha. Sinceramente, no creo y espero que haya desabastecimiento de alimentos por lo que hacer acopio exagerado de los mismos me parece una barbaridad que solo nos aportará despensas llenas, aumento de la psicosis general y un montón de comida que acabará en la basura. Vamos, una pena. Como debemos pasar más tiempo en casa puede ser un buen momento para probar nuevas recetas o para aprender el uso de nuevos ingredientes; en definitiva, para seguir cocinando. Sí que es verdad que no nos debemos pasar con las comidas excesivamente calóricas, pero tampoco dejar de comer y estar débiles porque no hemos podido entrenar adecuadamente, que no se nos vaya la olla. Las verduras y frutas (sobre todo las ricas en vitamina C), las legumbres, los pescados y carnes magras deben seguir siendo la base de nuestra alimentación. Y que no se nos olvide beber mucha agua y caldos calientes. Pero ojo, como dice un grandísimo amigo médico preventivista que rebosa de sentido común y social, debemos extremar las medidas de higiene. Y extremarlas es extremarlas. Debemos invertir el tiempo suficiente en garantizar la limpieza en nuestras preparaciones, lavar correctamente nuestras manos y, sobre todo, tener mucho cuidado con los alimentos que vamos a consumir crudos.
Bueno, hasta en tiempos un poco oscuros hay que seguir cocinando. Ya veréis como esto se pasa y quizás por el camino hemos adoptado unos hábitos más higiénicos y un poquito más de conciencia social, que buena falta nos hace.