sevilla - Quique Setién regresa a su antigua casa, el Benito Villamarín, al frente de un Barcelona en plena crisis institucional y de resultados con la intención de "romper la dinámica que el equipo lleva fuera de casa desde hace tiempo" ganando al Betis.

En su último desplazamiento en la Liga, el Barça cedió el liderato en Mestalla (2-0), y el jueves cayó en el último suspiro eliminado de la Copa en San Mamés (1-0). Respecto al último encuentro ante el Athletic, Setién subrayó que el equipo "ha dado un paso adelante y ha crecido", pero ahora hay que refrendarlo con un buen resultado en Sevilla. "Lo que de verdad me preocupa es que estos síntomas de mejoría los ratifiquemos en un campo tan complicado", manifestó.

El partido, antes de empezar, tiene el nombre propio de Setién en su regreso a Heliópolis, donde entrenó las dos últimas temporadas y dejó su estela y una marcada división de opiniones en la afición bética, con tantos partidarios como detractores.

Enfrente tendrá a Rubi, su sucesor en el Betis, con el morbo añadido de que en sus horas bajas escuchó precisamente el nombre de Setién como opción para sustituirlo, y que vuelve al Villamarín después de haber sacado sólo un punto en sus dos salidas a Getafe (1-0) y Eibar (1-1), tras la gran imagen dejada anteriormente frente a la Real Sociedad (3-0).

El Barça está obligado a ganar además para no perder la estela del Real Madrid y mermado en ataque, con las bajas por lesión de Luis Suárez y Dembélé y la venta de Carles Pérez a la Roma, y en defensa con la ausencia de Piqué, que está sancionado. - DNA