Al-Ula - Se cuenta que Carlos Sainz comenzó acumulando experiencia en su época de juventud, cuando convencía a quienes le visitaban de que él era quien debía llevar el volante hasta su casa. De este modo amasó conocimientos en los asientos de diferentes vehículos. Ahora, a sus 57 años, le dicen El Matador, un apodo que implica precisión en las ejecuciones y a la par experiencia, un holgado número de víctimas a sus espaldas. El bicampeón mundial de rallys y a la par doble vencedor del Dakar se cobró ayer su victoria número 34. En la quinta etapa invirtió 3 horas y 52 minutos para unir Al Ula con Hail, 564 kilómetros de recorrido, 353 de ellos de especial.
El madrileño es el quinto piloto con más triunfos en el rally raid más prestigioso. Solo Stéphane Peterhansel (75 victorias: 42 en coches y 33 en motos), Vladímir Chagin (63 en camiones), Firdaus Kabirov (37 en camiones) y Ari Vatanen (50 en coches) atesoran un palmarés más excelso en cuanto a victorias de etapa se refiere. En este apartado, Sainz figura igualado con su actual rival Nasser Al-Attiyah. Entre ellos y Peterhansel parece estar el título de la presente edición.
Pero cómo debe estar siendo este nuevo capítulo de la competición, que por primera vez rueda sobre tierras de Arabia Saudí, que Sainz no se harta de expresar su incredulidad. “El ritmo es alto y en algún momento pasará algo; no sé a quién”, vaticina. Por delante quedan siete etapas, siete campos de minas, una lotería, porque apenas hay jornada sin contratiempos para cada uno de los pilotos.
Sainz, con un pinchazo, aprovechó ayer los problemas de Al-Attiyah, segundo a 2:56, que aún sufrió más con los pinchazos, y terminó la jornada con una rueda sin presión. Además, el madrileño endosó 6:11 a Peterhansel. Así, El Matador protege su liderato con 5:59 sobre el catarí y 17:53 respecto al francés. “Las diferencias son mínimas, no solo con Nasser, sino con Stéphane”, advirtió. Además, “abrir pista -como le ha tocado cada vez que ha ganado el día anterior- no es lo ideal”. Hoy toca sufrir. De hecho, desveló su plan: dejar pasar a Al-Attiyah y seguir su rueda para perder la menor ventaja posible.
Fernando Alonso, mientras, catalogó la quinta etapa como “la mejor de mi vida” en los raids. Fue séptimo, a 12:23 de Sainz, para ganar dos posiciones en la general, donde es 18º, a 3h.11:50 del madrileño. Para el asturiano, verse en el grupo de cabeza comienza a ser habitual. Y eso que también padeció. Ayer, dos pinchazos. También confirmó que su objetivo en 2020 es conquistar las 500 Millas de Indianápolis.
En motos, el australiano Toby Price, vigente campeón del Dakar, selló su segunda etapa de esta edición y así presionó al estadounidense Ricky Brabec, líder de la carrera, con 9:06 de margen con Price. Prosigue la lotería de las dunas arábigas. “Pasará algo; no sé a quién”. Palabra de El Matador.