A partir de los 21 la vida le da un giro y el potro se apacigua. Los Ibarra, Javi Garai y Javi Otsoa, la ama, Estitxu, le echan el lazo, le bajan nervio, tensión y los síntomas de una juventud rebelde con escasa causa. Un cambio de rumbo y nuevos objetivos. Se centra, “dejo de hacer el gilipollas”, reconoce, y fija la mirada en el frontón y la cesta. Otra vez, pero en serio. Isaías le muestra el camino. Esteban le acoge en la cestería, donde templa tanto neutrón desorientado mientras aprende a fabricar su herramienta, la xistera. Garai le resume, pasando por la túrmix, los recuerdos y experiencias de una vida profesional en el frontón. Otsoa le cose a consejos mientras recompone sus músculos y la amatxo combina dulzura y brío con el fruto recuperado.
Era el año 2014. El Consejo Mundial, donde pintaba el entonces presidente de la Federación Alavesa Fernando Palacios, trata de potenciar la cesta punta, una modalidad en retroceso, y crea el Circuito Jai Alai World Tour donde aparecen algunas de las estrellas americanas que luego mezclan en el Pro-Am con los mejores aficionados del jai alai vasco. Ekhi saca tajada y toma ejemplo. En ese punto “abrí mis oídos a los buenos consejos, comencé a cuidarme y aprendí a trabajar con método apoyándome en aspectos psicológicos que nunca había tenido en cuenta”, resume Ekhi, e incide en la importancia de verse apoyado por Garai, “maestro y amigo” y el aporte espiritual de Patxi Marta y el tai-chi de la escuela You Ching, fragancia de esencia filosófica y manera de entender la vida que, desde luego, algo se aleja del núcleo cuando Patxi le resumía parte de sus enseñanzas en este consejo: “patada en los cojones y echar a correr”. Se me permita la frase y me perdone el maestro y gurú.
Se centró en la pelota e hizo del juego una profesión. Hoy, cinco años después, “peleo contra cualquiera sin tener en cuenta con quién y contra quién me toque”. Ya es uno de los zagueros de referencia, pelotari que ya sabe lo que es dar ventajas a los rivales. Pocas veces le toca un delantero de los de primera línea. Es buena señal. “En un par de años, el aficionado le colocará al nivel de los mejores. Contra quienes, ya mismo, en un día bueno, pelea de tú a tú para ganarse el respeto del público”, nos cuenta Joseba Fernández de Romarategui, Xabier, compañero y amigo, habitual de los frontones vascos en la temporada de verano y espectador de excepción en Gernika, “donde Ekhi levantó la grada, junto a Barandika, en un partido que perdieron en tres sets ante Goiko y Lekerika que se vieron favorecidos por cuatro decisiones de los jueces que les supusieron una sonora bronca por parte del respetable”, recuerda. E insiste. “Ekhi estuvo soberbio, nunca le he visto jugar mejor”. Garai, sin embargo, destaca la semifinal de Hondarribia frente a Egiguren y López, cuya victoria les supuso pasar a la final y ganarla al dúo Olha-Etcheto, que a su vez habían superado a Goiko y Aldazabal. “Anduvo sublime, espectacular”, resalta. Este mismo año, en San Juan de Luz, se ganó el derecho de jugar la final tras superar junto a Olha a la pareja Goiko-Irastorza, pero una lesión le obligó a parar durante un tiempo. “Ekhi es impulsivo, muy trabajador y obediente. Está, sin ninguna duda, entre los tres mejores zagueros del mundo. No te digo más”, resume Garai, compañero de caminatas, mano de santo y voz de mantra en los bosques de Legutiano, en los que Ekhi ha asimilado y se ha impregnado de las auras mágicas de los robledales y naturaleza próxima al pantano.
Ekhigoi Martinez Ayo, nacido el 15 de julio del 92, probó la aventura mejicana en 2017. Los Egiguren y empresarios locales reabrieron el frontón Méjico de D.F. En 2019 la temporada ha durado apenas dos meses. La que venga es una incógnita. Es casi un mejicano más y como tal ha decidido jugársela en su país de adopción. Ya está allí. Jugará lo que el frontón decida, se buscará un trabajo y volverá de vacaciones para jugar en casa el verano que viene. “Me sacaré la nacionalidad cuando me apetezca”, me dice. Aquello es peligroso, “pero yo también”. Ya aprenderá dónde y con quién moverse. De algo le habrá servido la experiencia, de mucho malo y muchas otras cosas buenas, que hubo de vivir de los 14 a los 20, “rodeado de precipicios, casi al margen de la ley”, una vida disoluta que compartió con Kerman Lejarraga, “un tipo bastante alicate pero muy sano”, siempre en la calle “rodeado de peligros”. Aquella época de amistad y golpes -“echaban humo los puños”- le convirtió en un superviviente, un tipo duro. La madre de Kerman le daba la paga “como si fuera la mía”. Tiempos duros.
Comenzó a jugar a los siete, cuando el abuelo Juan Antonio Ayo era el presidente. El primero. “Con él empezó todo, los primeros torneos y el crecimiento del Gasteiz Jai Alai”. El tío, Ibon, y la sobrina, Itxaso, han empeñado apellido en el Olave. Con Ibai Fernández de Gamboa comenzó el camino y juntos “jugamos muchas veces y fuimos subcampeones de casi todo”. Arbe, Barandika, Alberdi, la armada vizcaína, “era terrible”. Gamboa, la pantera, ya dice que “no hay dos como Ekhi. Tiene mucha personalidad y es un seguro de vida en la cancha y en la vida”.
En el 17, en los despertares, quedó subcampeón en Gernika, repitió puesto en la Copa del Mundo junto a Goiko. Fue segundo en el circuito World Tour con Beaskoetxea. El 18 le trajo la segunda plaza en San Juan de Luz y el título en el Villa de Madrid. Con Goikoetxea en ambas citas. Y logró el título mundial en Barcelona. Un oro agridulce “porque no jugué, pero aprendí a sufrir, a estar y apoyar a los compañeros que sí lo hicieron”.
Ya en la élite, a la altura de los mejores, no muy detrás de López -dice la cátedra-, espera aprovechar el repunte que el Jai Alai ha vivido en Euskadi los dos últimos veranos, cuando parece que hasta la televisión -la ETB- “le ha echado el ojo”. Los frontones se llenan y los aficionados vibran. Garai cree que aún le quedan “aristas por pulir, aunque su nivel de juego ya es el de los mejores. Su color saldría a favor en las apuestas”, sentencia.
Pareciera que el aprendiz va alcanzando status. Hace 20 años ya estaría en la cumbre. Hoy, según está este deporte? “partido a partido” que diría el brujo principal.