Madrid - La veterana noruega Suzann Pettersen dio el punto decisivo a Europa sobre Estados Unidos (14,5-13,5) en la Copa Solheim 2019, disputada en Gleneagles (Escocia).
Sobre un campo diseñado por Jack Nicklaus, y que vivió las dos primeras jornadas con condiciones adversas meteorológicas, la última jornada se inició en total igualdad (8-8). Y las jugadoras europeas de Catriona Matthew en los doce enfrentamientos individuales se llevaron el trofeo, con seis triunfos, un empate y cinco derrotas. El primer partido que terminó fue el de la navarra Carlota Ciganda, que ganó a la estadounidense Danielle Kang.
Pettersen, de 38 años, número 635º mundial y que apenas había jugado en los últimos torneos, lo que ponía en duda su convocatoria para el combinado europeo, se convirtió en la estrella de una edición que devuelve la Copa a Europa, que la ha conquistado por sexta vez (nueve los Estados Unidos), la última en 2013, disputada en Colorado.
La noruega lo hizo de la forma más despiadada para una representación estadounidense que ya se veía con el trofeo el liza, pues a falta de dos partidos dominaba por 13,5-11,5 (el empate les servía para revalidar el título por ser la vigente campeona).
Pero en los dos últimos partidos todo cambió: primero, la inglesa Bronte Law le ganó el hoyo 16º a la estadounidense Ally McDonald, con lo que se ponía con uno de ventaja en favor de la europea; y Pettersen, en el 17º, mantenía la igualdad frente a Marina Alex.
Y, luego, llegó el festival europeo: Law se impuso en el 17 a McDonald, poniendo ventaja de dos hoyos, lo que hacía ya innecesario jugarse el 18; y Pettersen, en el último hoyo, hacía magia en su tercer golpe, dejando la bola a poco más de metro y medio de la bandera.
Alex respondió también con un buen golpe, pero dejando la bola a unos dos metros y medio del hoyo. La Copa Solheim, tras 28 partidos, se iba a decidir en dos golpes.
Ahí la veteranía y serenidad de Pettersen superó a una Alex que no pudo soportar la presión y falló el putt decisivo. En cambio, la noruega, acertó; y llevó el éxtasis al combinado europeo y a la afición.
En el último suspiro, cuando parecía imposible, con remontada, Pettersen dio a Europa el punto 14,5. En su octava presencia en la Solheim, donde empezó en 2002, fue la heroína. - Efe