albi -Jornada de reflexión la de ayer para el conjunto de Eusebio Unzué. La caída de Mikel Landa aminora las opciones de podio para uno de los líderes de Movistar. Imanol Erviti (Pamplona, 1983), que trabajó durante los últimos kilómetros para paliar la pérdida del alavés en meta, relata lo acontecido tras la primera semana y predice lo que puede pasar en lo que queda de carrera.

¿Cómo está el equipo tras la jornada del lunes?

-La caída de Mikel ha sido un chasco, porque iba todo muy bien y, aunque era una situación tensa, llevábamos todo bajo control. En un segundo se ha pasado de ir al ataque a tener que defender y perder el menor tiempo posible. Cambia todo en muy poco tiempo y da rabia. El deporte tiene estos giros inesperados que, nos guste o no, lo hacen más atractivo.

¿La jornada de descanso pudo ser un buen día para recuperarse?

-Por supuesto, queda mucho Tour y Nairo está muy bien. Mikel, aun con la perdida, sabemos que tiene un gran nivel y estará en la pelea. Un traspié no va a hacer que nos rindamos. Estas cosas son incontrolables para el equipo y saben muy mal. Ha sido un factor externo el que hizo que el lunes perdiésemos tiempo con uno de nuestros líderes. Todavía da más rabia porque la caída se produjo en los últimos kilómetros de la última etapa antes de terminar la primera semana del Tour.

De no ser por ese hecho, Movistar habría salvado las diez primeras etapas casi a la perfección.

-Sí. Habíamos trabajado bastante bien y la carrera estaba dentro de márgenes razonables.

¿Usted cómo se encuentra, se nota el paso de los días?

-La verdad que sí, aunque entras en la vorágine del Tour y todo va muy rápido. Después de la primera etapa de montaña (la sexta jornada) y la siguiente, se notó la fatiga. Hace dos días fue una jornada más llevadera y ayer estaba mejor físicamente. Se ve cansancio en el pelotón, llevamos ya diez etapas, que es la mitad de la carrera prácticamente.

¿Qué valoración hace de la crono por equipos del segundo día?

-Nos hubiera gustado estar más adelante, pero hubo algún factor que nos impidió estar un poco más cerca de los primeros. Es diferencia, pero la verdad es que los rivales hicieron unas medias bestiales. Hubo equipos que marcaron velocidades de 58 kilómetros por hora de media, y eso sobre una bicicleta es correr una barbaridad.

¿Qué espera de esta segunda semana que comienza hoy?

-Se va a aclarar bastante la clasificación. Hasta ahora ha sido el Tour de la eliminación y, a partir de ahora, el grupo de los más fuertes empieza el mano a mano.

El día de la Planche des Belles Filles se vio un Movistar muy valiente. ¿La idea es seguir así en los Pirineos?

-Hay que ir valorando cada momento, cada situación de carrera y en función de cómo esté cada compañero y rivales se correrá de una u otra forma. Sería bonito seguir al ataque y, si queremos intentar la victoria, tenemos que correr así.

Aunque el lunes el Ineos se mostró muy potente, no se ha visto aún al antiguo Sky que dominaba de principio a fin, especialmente en la montaña. ¿Cambia esto la forma de entender la carrera?

-Al final solo hemos visto la etapa de montaña de La Planche. Ese día tomamos nosotros la iniciativa para salir de esa rutina suya de tener todo bajo control. Intentamos romper su guión y salir de su patrón. En otras ocasiones, el antiguo Sky hacía mucho daño en la primera etapa de montaña, y tomar la iniciativa hizo que no nos ocurriera lo de otras ediciones.

A Quintana se le está viendo muy fuerte. ¿Cómo le ve usted de cerca?

-Le veo concentrado y ya desde antes del Tour se le veía muy buena condición. Está corriendo bien y ha salvado lo más peligroso para él. A partir de ahora, en la montaña, ojalá le veamos en su mejor versión y nos haga disfrutar.

Y Valverde, hasta de gregario es un espectáculo...

-Es una maravilla tener un talento así en el equipo y una persona tan normal en el día a día. Ya se ve, no le importa trabajar y sacrificarse por cualquier compañero.