LONDRES. El claro 6-4 y 6-4 que reflejó el marcador de la pista 3 al final del encuentro marcó uno de los mayores batacazos deGarbiñe en el All England Club.
No perdía en primera ronda del tercer Grand Slam de la temporada desde 2014 y, aunque el año pasado ya sufrió un revés al no poder defender su corona y caer en segunda ronda, Muguruza parecía tener una buena oportunidad de reconducir la temporada sobre hierba.
La número 27 del mundo -su ránking más bajo desde 2014- llegaba a Wimbledon sin experiencia previa sobre hierba. No compitió en ningún torneo antes de la disputa de Wimbledon, pero eso no le frenó para arrancar de manera brillante y puso un 2-0 en el marcador que anticipaba una repetición del duelo entre ambas en 2017, cuando, sobre el cemento de Cincinnati, Muguruza solo cedió dos juegos. Haddad Maia, por su parte, aterrizaba en Wimbledon después de pasar la previa y con unas semanas en hierba en las que había conseguido inclinar a toda una semifinalista en el SW19 como Magdalena Rybarikova.
La brasileña no parecía el obstáculo más fuerte para la primera ronda, pero se las arregló para cortar el inicio inmaculado de Garbiñe, empatar a dos y, tras solventar otra posible rotura de Muguruza, poner el 4-3 en el marcador.
La sudamericana había cambiado el rumbo del encuentro y comenzaba a dar muestras de poder disputar. Cuando subió el 5-4 a su favor, traspasó toda la presión a una Muguruza a la que el carácter se le enfriaba con la misma rapidez que las nubes cubrían el cielo de Londres.
Se puso nerviosa, entregó una doble falta para precipitar el primer punto de set en contra y una derecha a la red confirmó la pérdida del primer parcial.
Le tocaba entonces lograr algo que no conseguía desde los octavos de final de 2017, cuando levantó un parcial en contra ante Angelique Kerber.
Las malas noticias para sus intereses es que Haddad Maia comenzaba al servicio lo que le volvió a meter los nervios en el cuerpo a Garbiñe, que sabía que cualquier fallo sería castigado con la derrota.
El peligro llegó con el 4-3 en contra, cuando superó un 0-40 en contra que prácticamente le dejaba en la lona.
Pero eso no era tampoco razón para el optimismo, Haddad Maia dejaba clavada a Garbiñe con el revés cruzado y le quitaba el optimismo con otro saque aguantado que devolvía la contienda al primer set, cuando Muguruza tuvo que sacar para sobrevivir y se hundió.
El precipicio al que la brasileña empujaba a Muguruza estaba a unos metros de distancia y a cada paso desde el banquillo hasta la posición de sacar con 5-4, su margen se estrechaba. Muguruza hizo dos dosbles faltas en el último juego, incluida la que le entregó la victoria a Haddad Maia y cerró a las primeras de cambio su participación en Wimbledon.
Una derrota que no tendrá muchas consecuencias en la clasificación, ya que solo defendía la segunda ronda del año pasado, pero que aleja a Garbiñe de recuperar la temporada.