Madrid - El británico Chris Froome (Ineos), el colombiano Nairo Quintana (Movistar) y el holandés Tom Dumoulin (Sunweb) medirán sus fuerzas en el Dauphiné desde hoy hasta el día 16, un ensayo general para el Tour de Francia, que partirá el 6 de julio de Bruselas. La edición número 71 de la ronda gala no contará con el concurso del último vencedor de la carrera y del Tour, el británico Geraint Thomas, que ha preferido afinar su forma en la Vuelta a Suiza, pero recibe una nómina de corredores que garantizan un nivel de lujo, con Froome al frente del Ineos y dispuesto a conquistar un cuarto título que le impulse al quinto del Tour.
Desde Aurillac hasta la ciudad suiza de Champéry después de ocho días de carrera habrá pelea entre los grandes. El duelo entre Froome y Quintana se presume atractivo, pero serán muchos más los candidatos al triunfo, entre ellos los franceses Bardet y Pinot, el danés Fuglsang y el británico Adam Yates. Ellos serán los protagonistas en las batallas previstas en los Alpes. Movistar confía en Quintana, motivado y dispuesto a mostrar sus poderes para el Tour. El colombiano estará protegido en la prueba francesa por un equipo formado por Imanol Erviti, Rubén Fernández, Nelson Oliveira, Eduardo Sepúlveda, Rafa Valls y Carlos Verona. En la lucha por las etapas habrá terreno para todos y el Dauphiné tendrá referencias como Julian Alaphilippe, Philippe Gilbert, Wout van Aert entre los rematadores y como Colbrelli, Bennett, Bouhanni o Greipel para las llegadas al esprint.
El Dauphiné presenta este año un recorrido que incluye dos etapas onduladas, dos propicias para el esprint, una contrarreloj individual de 26 kilómetros y tres jornadas de montaña, un menú ideal para probar fuerzas y sensaciones a dos semanas del Tour. Para empezar, sin tregua. La primera etapa dibuja en su perfil cinco puertos, con el Roquenatou (2ª) a 18 kilómetros de la llegada a Jussac. Mañana, el pelotón abrirá la semana con una etapa de ocho puertos, el último de ellos, Saint-Victor-sur-Arlanc (2ª), también a 18 de la llegada en Craponne-sur-Arzon.
Tras el alivio de la tercera etapa con final llano, donde se podrían estrenar los velocistas, llegará el miércoles en Roanne el examen contrarreloj de 26,1 kilómetros. No será fácil el reto, pues a mitad de recorrido hay que afrontar la subida a Saint-André-d’Apchon. El jueves, ruta rompepiernas con ligero final en alto, donde se podrán lucir hombres como Alaphilippe, y ya el fin de semana, las batallas alpinas. La sexta etapa aguarda con ocho dificultades, la último el Col de Beaune (2ª), a ocho kilómetros de la meta de Saint-Michel-de-Maurienne, donde termina una etapa de 229 kilómetros.
Jornada corta el sábado, de 133 kilómetros, pero matona, con tres puertos de primera y uno de categoría especial: Épine, Granier, Marcieu y Pipay, sin apenas llano. Nadie se podrá relajar el último día, con un trayecto más corto aún, de 113 kilómetros, pero sin respiro. Al final, el Col de Rives (1ª) y Champéry (3ª) como último escollo previo a meta. - Efe