MELBOURNE - El Abierto de Australia tampoco ha sido propicio para la nueva generación. Las semifinales siguen siendo el techo para esos jugadores de menos de 22 años que la ATP está intentando agrupar bajo la denominación de NextGen. El año pasado el coreano Hyeon Chung y el británico Kyle Edmund llegaron a las semifinales, como este año han hecho Stefanos Tsitsipas y Lucas Pouille. Pero esa es una barrera insuperable, sobre todo si en su camino aparece alguno de los miembros del Big Three.
Los números son tozudos. Entre Djokovic y Nadal han ganado 25 Grand Slams en esta década, que son cinco más si se suman los de Federer. Solo Stan Wawrinka y Andy Murray, en tres ocasiones, y Marin Cilic, en una, han podido escapar de ese dominio y, precisamente, no eran unos jovencitos cuando lo lograron. Aún más, los últimos nueve grandes se los han repartido a partes iguales entre el serbio, el balear y el suizo cuando los tres han superado ya los 30 años. Evidentemente, los tiempos han cambiado y la longevidad de los jugadores está reduciendo la oportunidades para los demás. Porque Federer ganó su primer Grand Slam, el US Open de 2003, con 22 años. Nadal se llevó su primer Roland Garros con 19 años en 2005. Y Djokovic estrenó su cuenta de quince grandes en el Abierto de Australia en 2008 con 21 años. Esta coincidencia de los tres tenistas más ganadores de la historia en la misma época es algo inaudito y difícil de ver en cualquier otro deporte durante un tiempo tan prolongado. Y en el próximo Roland Garros volverán a ser favoritos. - R. Calvo