MELBOURNE. En la reedición de la final disputada en 2012 entre ambos, Djokovic, ya asentado en el número uno del mundo, se impuso a Nadal con un colosal servicio, sin cederlo en una sola ocasión, en tan solo dos horas y cuatro minutos para ganar su décimo quinto título del Grand Slam.
Con esta derrota, el balear no podrá convertirse en el primer jugador de la Era Open en conseguir cada uno de los campeonatos 'major' por partida doble. El serbio supera con el título, los seis del suizo Roger Federer y del australiano Roy Emerson como jugadores con más títulos en Melbourne Park, y lidera ya en solitario esta lista.
Tampoco pudo ser en su cuarta final a orillas del Yarra para Nadal, después de ceder en la misma situación frente a su rival de esta noche en 2012 y ante los suizos Stan Wawrinka y Federer en las ediciones de 2014 y 2017, respectivamente.
Nadal, quien cumplió diez años en esta edición desde su título cosechado en 2009 en estas pistas, había llegado sin ceder un solo set en las dos semanas, pero en la lucha por el título jugó dominado por Djokovic, sublime al servicio y con una gran seguridad al resto, para dictar el partido desde su campo.
Djokovic desveló desde el primer minuto cuales serían sus intenciones para el resto del choque y endosó un 3-0 inaugural tras conseguir una tempranera rotura en el segundo juego del partido.
Los siguientes dos juegos al servicio del balear, así como la consecución de un punto inverosímil con el 1-4, despertó tímidamente a un Nadal que hasta el momento fue sometido por la determinación del serbio.
Sin embargo, su reacción no fue suficiente para enmendar su inferioridad inicial y el tenista de Belgrado, quien prosiguió conservando holgadamente el servicio, sentenció la primera manga por 6-3.
Continuó en la segunda manga por la misma línea Djokovic y no se dejó intimidar por una versión más agresiva de Nadal, quien pudo por vez primera conseguir más de dos puntos al resto cuando el marcador lucía un 3-2 desfavorable.
En el que sería el parcial definitivo, una nueva rotura en las primeras de cambio por parte de Djokovic enterró cualquier esperanza de un Nadal que no se sintió tan cómodo con su servicio, después de que fuera una de sus armas más eficaces en las anteriores rondas.
El serbio, quien igualó a Federer como jugador con más finales disputadas (7), se consagró como el octavo jugador en la historia en contar con siete títulos en uno de los cuatro 'majors'.
En esta clasificación, Djokovic se estableció en la tercera posición por detrás del propio Nadal, quien cuenta con once coronas en Roland Garros, y Federer, poseedor de ocho títulos en Wimbledon.
Así mismo, el nuevo campeón del 'major' australiano resultó, tras su sólida victoria, el primer tenista de la historia en el circuito profesional en conseguir tres coronas 'Grand Slam' consecutivas en tres ocasiones diferentes.
A pesar de la contundente derrota en la gran final, el balear, quien aterrizó en Melbourne tras cuatro meses sin competir como consecuencia de sus lesiones, firmó un digno torneo tras no ceder ningún solo set en sus anteriores rondas, en las cuales se enfrentó a rivales de la talla de Alex De Miñaur (27) o el griego Stefanos Tsitsipas (14).