MELBOURNE - Garbiñe Muguruza volverá a la segunda semana de un Grand Slam, algo que no conseguía desde el último Roland Garros cuando alcanzó las semifinales, tras superar en la tercera ronda del Abierto de Australia el reto físico y, sobre todo, mental de casi dos horas que le propuso Timea Bacsinszky. La tenista de Caracas se impuso por 7-6 y 6-2 en un duelo de muchos altibajos en el que no ofreció su mejor nivel, pero que supo manejar en los puntos decisivos que marcan la diferencia. La suiza no es poderosa, pero sí inteligente en la pista. Siempre obliga a su rival a un golpe más, cambia alturas y direcciones, y eso suele incomodar a jugadoras como Muguruza, que quieren ir por la línea recta.

La vasco-venezolana llevó la iniciativa de la mayoría de los puntos y alternó aciertos y errores, aunque en el balance global dobló en golpes ganadores a Bacsinszky. Esta vez el servicio no fue un arma definitiva y, tras varias roturas, el primer set tuvo que irse al tie-break que Muguruza se apuntó con sufrimiento y un margen de dos puntos después de casi una hora y diez minutos. Ese colchón de seguridad aumentó su confianza y le permitió seguir su plan, que era ser muy agresiva al resto y con su demoledor revés y tratar de buscar la red, donde logró 21 puntos en 27 aproximaciones. Cuando rompió por cuarta vez el saque para adelantarse por 4-2, quebró también la resistencia de la de Lausana. Bacsinszky acusó el esfuerzo de devolver todos los tiros de una jugadora que no bajó el ritmo, aunque reconoció que había notado “el poco tiempo para recuperar” tras el duelo ante Konta.

“No estoy jugando a la perfección, pero sí me noto sólida. Y contra Timea tenía que ser valiente porque ella tiene mucho talento”, comentó Garbiñe Muguruza, a quien en octavos de final le espera un partido con cierto morbo ya que se enfrentará a Karolina Pliskova, otra jugadora que pega muy duro y que es entrenada por Conchita Martínez. La checa venció en tres sets a la italiana Camila Giorgi. “Nos conocemos muy bien. Que la raqueta hable”, apuntó la de Caracas, que jugará octavos de final en Melbourne por cuarta vez en su carrera. Si vence a Pliskova igualará su mejor actuación.

Otro duelo estelar de la cuarta ronda medirá a Simona Halep y Serena Williams, que superaron sus partidos con comodidad. La rumana derrotó a Venus Williams, que partió fuera de las cabezas de serie, y la estadounidense, que solo ha cedido nueve juegos en tres partidos, frenó a la jovencita Dayana Yastremska. Keys-Svitolina y Osaka-Sevastova son los otros interesantes cruces por este lado del cuadro femenino, en el que no ha habido sorpresas de consideración.

djokovic, firme En el masculino, Novak Djokovic actuó como Serena, no hizo concesiones y contuvo a Denis Shapovalov, uno de los jóvenes emergentes. En el primer duelo entre ambos, el serbio dejó claro que la experiencia sigue siendo un grado y se impuso por 6-3, 6-4, 4-6 y 6-0. Su próximo rival será otro aspirante a desbancar al Big Three, el ruso de 22 años Daniil Medvedev, que ha crecido mucho en los últimos meses y superó sin dificultades a David Goffin. También va de menos a más en el torneo Pablo Carreño, que volvió a vencer a Fabio Fognini y se medirá ahora a Kei Nishikori. Zverev-Raonic y Coric-Pouille completan los octavos de final masculinos.