Bilbao - Oier Etxebarria comienza su carrera en el profesionalismo manista el 6 de enero en el frontón Astelena de Eibar de la mano de Aspe. El vizcaíno tiene firmado un contrato por dos campañas y se estrenará sin margen de error, ya que la promotora lo alineará de modo directo en el Campeonato de Parejas de Segunda junto al mallabitarra Aitor Elordi. Aficionado a la nieve, el de Urkuzu busca nuevos escenarios para su progresión.

El domingo 6 de enero dará el salto al campo profesional de la mano de Aspe. Cumple un sueño.

-Sin duda. Es lo que todos queremos ser de pequeños. Todos los pelotaris que empezamos de cero queremos llegar a este punto.

¿Qué le ha enseñado su paso por campo aficionado?

-Sobre todo, que hay que regalar poco y que si no lo haces, tienes poco que hacer. Además, que a partir del tanto once o doce se empieza a endurecer el partido y es cuando hay que apretar.

Dada la política actual de las empresas, muchos manistas debutan sin apenas experiencia en la máxima categoría amateur. ¿Cómo valora su paso por ella?

-Es positivo, porque hay gente de veintitantos años que son durísimos y a los que es muy complicado ganar. Hablo, por ejemplo, de gente como Aitor Gorrotxategi, Eneko Yoldi o Igor Azpiri. Hay que pegarse con ellos y se aprende mucho. De ellos se aprende hasta cuando estás en el vestuario.

¿En algún momento tuvo claro que iba a dar el salto al profesionalismo?

-No. Al final, a mí siempre me ha gustado la pelota, pero jamás pensé que iba a debutar. Después, metiendo horas y entrenando, pude conseguir la oportunidad que me brinda Aspe.

En cualquier caso, el final de su carrera en aficionados no puede ser mejor: jugó la final del Torneo DV -perdió el pasado sábado con Ioritz Egiguren frente a Eneko Labaka-Uriondo (12-22)- y disputará la del Olazar de Zaldibar -el próximo lunes con Prieto contra Zubizarreta-Garmendia-.

-Más no se puede pedir. Son dos competiciones con muchísimo prestigio.

¿En qué está haciendo más hincapié durante la preparación, en el ámbito técnico o físico?

-Sobre todo, en el físico. Desde septiembre estoy entrenando bastante. Antes, comenzaba a entrenarlo, pero por tiempo o por exámenes no era capaz de continuar. Este año me he puesto en serio y estoy llevando la rutina a rajatabla. Trabajo con Aitor Erauzkin.

¿Lo está notando?

-Desde septiembre hasta aquí he cogido alrededor de cinco kilos. Antes pesaba 78 y ahora rondo los 83. Mido 1,85 metros y todavía puedo coger un par de kilos más de masa muscular, pero yo me siento bien ahora mismo.

¿Qué tipo de zaguero es?

-No suelo ser un zaguero que falle mucho, aunque tenga algún día malo, pero generalmente suelo ser de los que no cometen demasiados errores. Cuando tengo pelota adelante trato de buscar altura. Considero que es importante.

¿Quién ha sido su referencia en el campo profesional durante su etapa de formación como pelotari?

-Mi ídolo siempre ha sido Abel Barriola, porque era un pelotari muy completo: andaba en la cancha, quitaba al delantero, pegaba y tenía muy buen juego de aire. Además, sufrió un montón con las manos y las lesiones y siguió arriba, ganando las tres txapelas. Era un grandísimo zaguero.

¿Cómo se apaña en las modalidades individuales?

-Llevo sin jugar mano a mano o al cuatro y medio desde hace cinco años o así, cuando era juvenil de primer año.

¿Está estudiando?

-Sí, ingeniería medioambiental en Eibar. Por ahora, me amoldo bien. Me faltan cuatro asignaturas para acabar el primer cuatrimestre y haré los exámenes en enero. Después, en el segundo cuatrimestre me tocará hacer prácticas en Ormazabal, una empresa que está cerca de casa. Más tarde presentaré el trabajo de fin de grado y, si todo va bien, acabaré la carrera a lo largo de 2019. Lo primero son los estudios. Es el momento adecuado para debutar.

Había que coger el tren...

-Si no, estaría fastidiado.

Jugará con Aitor Elordi el Campeonato de Parejas de Segunda. ¿Qué le parece?

-Jugaré a gusto. Antes de que debutara, tuvimos bastantes partidos juntos. Además, en el último mes está dando un grandísimo rendimiento.

En cualquier caso, el debut será el mejor regalo de Reyes.

-Sin duda.

¿Se está generando mucho movimiento a su alrededor de cara al estreno en Eibar el 6 de enero?

-Los amigos me están pidiendo entradas. En el club de Lemoa, además, la gente está contenta. De ahí salieron pelotaris profesionales como Iñigo Leiza o Xabier Galarza y están contentos por que debute alguien más de un club pequeño. Si no, por allí suelen andar los hermanos Ander y Danel Elezkano o Imanol Arrese.

¿Le dan algún consejo?

-Por ahora, que esté tranquilo y que disfrute cuando salga a la cancha.

¿Es nervioso para este tipo de partidos importantes?

-Soy bastante tranquilo, pero llevo los nervios por dentro. Con los años he aprendido a manejarlos, pero cuando era más joven me bloqueaban. No sé por qué. Ahora me siento mejor, con la experiencia he aprendido a estar más tranquilo.