ortuella - La temporada apenas de descanso a Jon Rahm. Viajes constantes, numerosos compromisos y un calendario cargado de torneos de primer nivel. Es el precio de estar en la cima del golf, de ser el actual número 6 del mundo. En esos momentos en los que las obligaciones le dan un pequeño respiro, el barrikoztarra no duda en volver al calor del hogar. Rodearse de la familia y dejar de lado todas las presiones de su día a día para simplemente descansar. Aunque ayer hizo un alto en ese descanso y acudió a presenciar las finales del Seve & Jon golf for kids. En el torneo apadrinado por él y por la familia Ballesteros, Rahm aprovechó para hacer balance de su año y recordar los grandes momentos de la temporada, como su debut en la Ryder Cup y el título del Open de España. Todo ello en una rueda de prensa en la que la sombra de Severiano Ballesteros volvió a estar muy presentes y las comparaciones con el genio cántabro volvieron a ser comentadas.
Jon Rahm estuvo acompañado durante todo el día por Javier Ballesteros, hijo de Severiano y presidente de la Fundación Seve Ballesteros. Fueron los padrinos del torneo y al cántabro le llenó de satisfacción compartir este honor con el golfista de Barrika. “Todos en la familia estamos encantados. Jon se asemeja mucho en el campo de golf a mi padre. Juega con una pasión especial y además es el presente y el futuro del golf mundial. Lo tiene todo para ganar muchos majors y torneos”, declaró Javier Ballesteros, que reconoció que hay algunas similitudes entre el juego de Rahm y el de Seve: “Son diferentes, pero en el juego corto Jon tiene magia y mi padre la tenía”. Estos halagos fueron agradecidos por Rahm. Para el barrikoztarra, Seve Ballesteros fue su gran referente. Modelo a seguir e imitado en muchos de sus gestos. “Es todo un honor unir mi nombre al de Seve y que podamos apoyar al mundo del golf de esta manera me alegra mucho. Me tome como mi misión ayudar en el futuro del golf, seguir con lo que comenzó Seve, y ojalá el futuro sea mucho mejor”, deseó el barrikoztarra.
Rahm pertenece a la élite del golf por méritos propios y cuanto más aumentan sus logros, la exigencia es mayor. “Me pongo yo más presión de la que me pueda meter nadie. Siempre he sido así. Las ganas que tiene la gente de que gane me las tomo más como motivación, sería malo si nadie diera un duro por mí. Cuando tengo el apoyo de todo un país queriendo que juegue bien, es más positivo que negativo”, reconoció. Aunque esas ganas de ganar, tanto de sus aficionados como las suyas propias, le hicieron vivir una situación complicada en el Open de España, título que logró pero que estuvo lleno de un tremendo desgaste mental. “Fue el torneo más difícil de ganar como profesional. No por el campo, ni por el torneo en sí. El hecho de compaginar las ganas del público de verme ganar y las mías propias era muy difícil. No había tenido nunca un apoyo tan fuerte y fue difícil mantenerme en mi mundo”, declaró. A pesar de eso, pudo salir adelante y pudo completar uno de sus grandes objetivos y sumar el Open de España a sus títulos de campeón de España amateur conseguidos en todas las categorías.
el sueño de infancia Aunque el gran momento de la temporada para Rahm fue la Ryder Cup, “otro mundo”. El barrikoztarra cumplió un sueño y pudo vivir el momento más emotivo de su carrera como golfista. Fue en el último putt de su duelo ante Tiger Woods, en un golpe que servía para derrotar en el mejor escenario posible a uno de sus grandes ídolos. “Justo antes de lanzar, hay un español y grita: ‘Viva Seve’. Ese momento, con la intensidad que había y alguien mencionándome el nombre de Seve. Es imposible que haya algún momento mejor para mí”, afirmó. Rahm embocó la bola y estalló de alegría para intercambiar, con las lágrimas en los ojos, unas palabras con Woods. “Lo primero le pedí perdón por la celebración y me dijo que me lo había merecido, que había jugado muy bien. Le di las gracias porque el momento que estaba viviendo para mí era un sueño”, contó.
Fue otro sueño cumplido más, otro reto dibujado en la hoja de ruta de Rahm que fue tachado de la lista de quehaceres en muy poco tiempo. Los éxitos llegan a toda velocidad y esta temporada no fue diferente. “El año pasado conseguí mucho más de lo que tenía pensado conseguir y este año ojalá siga así. Sé que no será así para siempre, pero ojalá”. Entre esos pasos adelante, el barrikoztarra logró entrar en las peleas por los grandes y verse capaz de pelear en los domingos más importantes del mundo del golf: “Creo que este año lo que más he conseguido era lograr estar en la pelea en un domingo en un grande. Lo hice en el Masters y en el PGA, donde estuve en el penúltimo grupo. En el Masters incluso estuve cerca de ganar y me ayudó a aprender de esos momentos y ver cómo reaccionaba”.
El barrikoztarra reconoció también que pese a lo conseguido “hay que mejorar en todo y no hay límite”. Rahm puso especial énfasis al trabajo que debe hacer en el juego entre 75 y 100 metros de la bandera donde “en comparación con los otros no estoy tan bien”. A pesar de ello, el objetivo del último curso fue cumplido con creces y el golfista vizcaino no solo creció como jugador. “Es un año en el que he crecido y he ganado mucho como persona. Es exactamente lo que me propuse. No me esperaba jugar tan bien, ni ganar en los dos tours otra vez, ni vencer en el Open de España. Mi mayor objetivo era un crecimiento personal para afrontar el futuro de la mejor manera”. La madurez de un golfista que llegó a la élite casi desde el primer día, pero que no quiere dejar de crecer en todos los aspectos, dentro y fuera del campo de golf.