saint quentin-en-yvelines - Tiger Woods pasó desapercibido en la jornada de su regreso a la Ryder Cup como jugador seis años después. Fue uno de los detalles más significativos el hecho de el californiano mostrara un talante apagado, taciturno y extremadamente serio, incluso desde antes de ponerse a jugar en contraposición con los gestos distendidos de la mayoría de sus compañeros y rivales. Dijeron después que quizás a Woods le afectó el frío matinal de París y su espalda no le dejó rendir a satisfacción.

Sea como fuera, el rendimiento de quien debería ser el motor del equipo de Estados Unidos, el factor intimidador, estuvo muy lejos del que exhibió la semana pasada en el Tour Championship de Atlanta. Tiger apenas dio señales de vida, pese a que jugó con un tipo tan pasional como Patrick Reed, y cedieron ante dos jugadores tan seguros como Molinari y Fleetwood. Hoy se repetirá el partido y Woods tiene que demostrar que su nueva versión puede quebrar su poco exitosa relación con la Ryder Cup. - R. Calvo