donostia - Hay ciclistas que, allá donde van, siempre hay que contar con ellos. Que siempre pelean por la victoria. Con tanta clase y fuerza en las piernas que están por encima de los demás, que coleccionan triunfos de prestigio y que van construyendo un palmarés para tener un hueco propio en la historia del ciclismo. Son unos pocos. Unos elegidos de un deporte durísimo, brutal en ocasiones. Uno de ellos ya es Julian Alaphilippe, francés de 26 años que ayer puso su nombre en el palmarés de la Donostiako Klasikoa tras lograr un triunfo incontestable por delante de Bauke Mollema en un sprint entre los dos corredores que llegaron destacados al Boulevard.
Es insaciable el ciclista del equipo Quick-Step, que llegaba a Donostia después de conquistar dos etapas en el Tour de Francia, además del preciado maillot de la montaña. Fue uno de los grandes protagonistas en la ronda gala y ayer aprovechó su extraordinario pico de forma para destacarse junto a Mollema en los últimos metros de la subida a Murgil Bidea, dejar muy atrás a los demás aspirantes y rematar la faena con una tremenda superioridad en la llegada. Alcanzar la meta con Alaphilippe es sinónimo casi seguro de derrota para los demás. El problema es que también resulta muy difícil dejarle atrás antes porque supera muy bien cualquier subida -especialmente las cortas y explosivas- y es de los mejores bajadores del pelotón. Por cierto que se le da bien Euskal Herria, porque a la victoria de ayer hay que añadir las dos que consiguió en la Itzulia, donde también dejó su sello.
Una caída masiva en la bajada de Miracruz -a apenas 20 kilómetros de la meta- marcó inevitablemente el devenir de la carrera. El grupo, con alrededor de 50 unidades, marchaba unido hasta que Ben King, del Dimension Data, perdió el control de su bicicleta, se fue al suelo y unos cuantos cayeron por detrás. Entre ellos varios favoritos al triunfo final: Mikel Landa, Gorka Izagirre, Primoz Roglic, Egan Bernal o Tony Gallopin. Los que salieron peor parados fueron Bernal y en menor medida Landa. A ambos les pusieron un collarín y llevaron al hospital para hacerles diversas pruebas. El colombiano pasó la noche en el Hospital Donostia en observación. Gorka Izagirre estuvo un rato doliéndose del costado, pero acabó levantándose por su propio pie.
En los primeros 200 kilómetros de la Clásica no hubo mucha historia, algo que se está convirtiendo en habitual desde que la prueba se decide en Murgil Bidea. Mucha emoción al final, pero escasa incidencia antes, incluyendo Jaizkibel, donde antes peregrinaban los aficionados guipuzcoanos al ciclismo y ahora está casi vacío. El que mayor provecho sacó fue el joven francés de 22 años Cyril Barthe, del Euskadi-Murias, que fue el que más aguantó dentro de la escapada del día y se llevó tanto el premio de la combatividad como el galardón de la montaña tras coronar Jaizkibel en primera posición.
Una vez alcanzado Barthe, hubo varios intentos de escapada en el pelotón, sobre todo por parte de Movistar, pero no cuajó ninguna. Llegó entonces la citada caída bajando Miracruz, que redujo sustancialmente la lista de aspirantes a ganar. Los que consiguieron evitarla se quedaron en shock. Se habían dado cuenta de que el golpe que se habían llevado algunos compañeros era serio, así que los siguientes kilómetros fueron tranquilos. Nadie quería tomar la iniciativa hasta que la cercanía de Murgil Bidea hizo que Astana comenzara a estirar el grupo. El primero que lo intentó en la subida fue precisamente Omar Fraile -otro de los nombres propios del Tour-, pero el vizcaino no estaba inspirado y su intentó no cuajó. Sí lo hizo el del joven holandés Antwan Tolhoek, de 24 años, un menudo ciclista de apenas 60 kilos de peso que hizo un pequeño hueco respecto al grupo de favoritos, que estaban esperando su momento.
decisivo murgil Desató las hostilidades Ion Izagirre, ataque al que siguió el de Bauke Mollema, pero el que demarró con una fuerza brutal fue Alaphilippe, que pegó un hachazo en los últimos 300 metros de Murgil Bidea para superar como un cohete a Tolhoek y conseguir una ventaja de 20 segundos sobre todos los demás. Solo le aguantó Mollema, el ganador de la Clásica hace dos años, que se enganchó como pudo a su rueda. Ambos coronaron juntos la subida y se lanzaron cuesta abajo sin dar ninguna opción al grupo perseguidor entre los que estaban el propio Izagirre o Van Avermaet. Buenos bajadores que, sin embargo, no pudieron dar caza a los dos fugados.
Así que una vez finalizado el descenso, la victoria era cosa de Alaphilippe o Mollema, con el del Quick-Step como indiscutible favorito por su punta de velocidad. Mollema le dio la iniciativa y trató de ponerle nervioso en el último kilómetro, pero un cazaetapas del nivel del francés no deja pasar oportunidades así. Ya en la recta del Boulevard se levantó de la bicicleta, sprintó y fue directo hacia un triunfo que hizo parecer hasta sencillo. Alaphilippe sumó su octava victoria del año -tercera en las carreteras vascas- y confirmó no solo que es uno de los ciclistas de este 2018, sino que será uno de los grandes nombres de los próximos años, un superclase de los que hay muy pocos.
Completó el podio su compatriota Anthony Roux, que se impuso en el sprint del grupo perseguidor a Greg Van Avermaet. Ion Izagirre, séptimo, fue el mejor vasco, mientras que también brilló Alex Aranburu, el ciclista de Ezkio que el pasado martes estrenó su palmarés profesional en Getxo y que ayer estuvo con los mejores, acabando el 22º.
Clasificación
1. Julian Alaphilippe (QST) 6h03:45
2. Bauke Mollema (TFS)m.t.
3. Anthony Roux (GFC)a 16 seg.
4. Greg Van Avermaet (BMC)m.t.
5. Julien Simon (COF)m.t.
6. Rigoberto Urán (EFD)m.t.
7. Ion Izagirre (TBM)m.t.
8. Robert Gesink (TLJ)m.t.
9. Steven Kruijswijk (TLJ)m.t.
10. Antwan Tolhoek (TLJ)m.t.
22. Alex Aranburu (CJR)a 51 seg.