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Moscú - Argentina y Francia, vigentes subcampeones de América y Europa, abren hoy en Kazán los octavos de final del Mundial de Rusia con un pulso de vértigo, que les sitúa ante la posibilidad de dejar atrás las dudas que arrastran y el precipicio al que les aboca la derrota.
El conjunto bleu se presenta en el envite como líder invicto del Grupo C, pero con un juego muy criticado; el cuadro albiceleste, en cambio, tras una clasificación agónica, “buscada y trabajada”, según Giovani Lo Celso.
Rebelado contra lo que se intuía como un destino fatal, el grupo que capitanea Leo Messi decidió reiniciar su recorrido en el torneo en la tercera jornada de la fase de grupos. Cuenta desde ahí cinco finales hasta el 15 de julio -cuando se definirá el título en Luzhniki-. Ganada la primera, apunta con ilusión a la segunda.
La Albiceleste encontró el fútbol y la solidez que ansiaba en el bloque de los históricos, es decir, en Gabriel Mercado, Marcos Rojo, Javier Mascherano, Ever Banega, Ángel Di María, Leo Messi y Gonzalo Higuaín. Junto a ellos formaron el portero Franco Armani, los defensas Nicolás Otamendi y Nicolás Tagliafico y el centrocampista Enzo Pérez, que ya recuperado de un golpe en la cadera ofrece a Jorge Sampaoli la posibilidad de repetir equipo titular.
Frente a las dudas de Sampaoli, su homólogo francés, Didier Deschamps, afronta el duelo con un mayor crédito, pero quedará muy resquebrajado en el caso de que no llegue a los cuartos, la misma fase que alcanzaron hace cuatro años.
De todas las grandes naciones, aquellas que llegaron a Rusia pudiendo reivindicar el sello de favoritas, Francia es la única que tuvo un recorrido cómodo, que se clasificó desde el segundo partido y que no ha dado para grandes titulares.
Pero el fútbol practicado ha borrado toda invitación a la euforia y, si bien en la concentración gala todo el mundo prefería a Argentina como rival en lugar de a Croacia, la perspectiva de afrontar a Lionel Messi y los suyos ha despertado las alarmas en las horas previas al partido.
Pocas opciones tiene de repetir el tridente Mbappé-Griezmann-Dembelé en ataque, no es momento de riesgos ofensivos ante una selección del calibre de Argentina. Los experimentos quedarán atrás y Francia se la jugará con su equipo más consistente. Messi se las verá con rostros conocidos, como Samuel Umtiti, su compañero en el Barcelona, pero también con rivales habituales como el madridista Raphael Varane o el Atlético Lucas Hernandez. - Efe