Saransk (Rusia) - Cristiano Ronaldo afronta hoy uno de los momentos clave de la competición para su selección, Portugal, que se juega en Saransk la clasificación para los octavos de final en el duelo ante Irán, que busca el mismo objetivo y que dirige el otrora seleccionador luso Carlos Queiroz.
El choque del Mordovia Arena forma parte de una jornada determinante en el Grupo B. Ambos pretenden superar la fase de grupos, por lo que también estarán pendientes de lo que suceda en el otro duelo del cuarteto entre España y Marruecos, ya eliminada.
El empate asegura el avance, aunque no el primer puesto, del conjunto de Fernando Santos, que cuenta con todos los jugadores a su disposición después de que los tocados se hayan recuperado a tiempo.
Joao Moutinho ha sido el último en incorporarse al plantel. Víctima de un proceso gripal, no ha se entrenado hasta el día antes del encuentro. Aún así, puede formar parte del centro del campo luso.
Irán afronta el partido en la posición que Carlos Queiroz desea al principio del campeonato: con todas la opciones de clasificación abiertas y frente a una de las favoritas necesitada y obligada a atacar para buscar la victoria.
El preparador portugués, conocedor de sus debilidades y de la extrema potencia de sus rivales, confía en una única variante estratégica: solidez defensiva, presión colectiva, líneas muy juntas y solidaridad en el centro del campo en espera de un error que le permita lanzar el contraataque.
Frente a España, la misma táctica duró casi una hora: el tiempo que tardó Andrés Iniesta en zafarse de su pegajoso marcador y filtrar un pase que Diego Costa introdujo con la misma fortuna con la que los iraníes ganaron a Marruecos.
Todo apunta a que Queiroz, que se convertirá en el vigésimo técnico que se enfrenta a su propio país en un Mundial y que ha calificado este choque como el más importante en los siete años que lleva como seleccionador, repetirá estrategia para negar a Portugal y toparse con un resultado que hiciera historia. - Efe