Dos años después de ser humillados por Islandia (1-2) en octavos de la Eurocopa de Francia, los Tres Leones, con una base predominantemente joven, llegan a su estreno mundialista con menos presión que en otros torneos, sin el eterno cartel de favoritos y con muchas incógnitas.
Southgate, que tomó las riendas del combinado nacional en un momento convulso en la Federación (el anterior seleccionador, Sam Allardyce, se vio involucrado en una trama de corrupción de fichajes), ha aportado calma y tranquilidad, y ha apostado por un tipo de fútbol diferente del que se practicaba en las islas: más balón al suelo y menos pelotazo largo. El líder de estos Pross es, sin ninguna duda, Harry Kane, portador orgulloso del brazalete de capitán en Rusia y quien espera ver portería por primera vez en un gran torneo. El ariete del Tottenham será titular mañana en Volgogrado en el 3-4-2-1 con el que saldrá Southgate.
El peso ofensivo recaerá en Dele Alli, el mejor socio de Kane, y en Raheem Sterling. En un grupo en el que, a priori, pelearán con Bélgica por la primera plaza, todo lo que no sea sumar los tres puntos ante Túnez será considerado un fracaso.
Por su parte, Túnez afronta su cuarta Copa del Mundo decidido y confiado en que esta vez puedan batir a Inglaterra, un equipo al que ya se enfrentaron en el primer partido de grupo durante el Mundial de Francia 1998. El entrenador, Nabil Maaloul, aún no ha despejado dos dudas: la posible participación de la estrella del equipo, Wahbi Khazri, que trata de recuperarse de una lesión muscular; y la del lateral Ali Maloul, que salió tocado del empate contra España.
Khazri, que se ha perdido la mayor parte de los partidos de preparación, es la luz y el gol. - Efe