krasnodar-moscú - Iago Aspas exhibió su pegada en el entrenamiento de la selección española bajo 27 grados, a cuatro días de su estreno en el Mundial 2018, con el susto dado por Gerard Piqué que se retiró antes de la finalización y un trabajo personalizado de Julen Lopetegui para varios de sus jugadores. El pulso por ser el 9 en el estreno de España en la competición ante Portugal se extiende a los entrenamientos. Lopetegui abrió la sesión de trabajo matinal a la prensa y dejó ver el trabajo de sus jugadores. La intensidad crece y en el remate brilló especialmente Aspas.
El calor intenso marca los días en Krasnodar. Pese a entrenar a primera hora de la mañana, ya son 27 grados los que acompañan a los internacionales españoles, que se refrescan en el cambio de ejercicio. Gerard Piqué abandonaba la sesión tras sentir dolor en su rodilla izquierda. En un balón dividido con Diego Costa notaba la molestia y se marchaba al vestuario. También lo hizo pronto David Silva.
En el reparto de petos para los partidos Lopetegui no dio pistas sobre el equipo que alienará ante Portugal. Las dudas se centran en el lateral derecho, entre Álvaro Odriozola y Nacho Fernández, el centro del campo con Thiago o Koke Resurrección y la elección del 9.
Uno de los aspirantes a esa posición, Rodrigo Moreno, consideró que los tres jugadores que pugnan por el puesto tienen “características muy distintas”, que concretó: a Diego Costa le señaló como “referente de área”, Iago Aspas es “más versátil y se puede adaptar a varias posiciones” y él se ve “en el medio de los dos”. “Creo que el míster va a decidir teniendo en cuenta lo que vaya viendo en los entrenamientos y las conclusiones de estos partidos, también por las características del rival”, opinó.
Rodrigo fue el jugador que compareció ayer ante los medios en la concentración de Krasnodar y reconoció que ellos también esperaban dar más en los dos últimos amistosos, ante Suiza y Túnez.
En el bando del primer rival, Portugal, el centrocampista Manuel Fernandes, que juega en el Lokomotiv de Moscú, opinó que, aunque España es una de las grandes aspirantes a ganar el Mundial, Portugal también opta al título y puede derrotar al combinado de Lopetegui el próximo viernes. “Nuestro objeto es ganar todos los encuentros de la primera fase y pasar de grupo”, dijo Fernandes en la rueda de prensa celebrada en Krátovo, la pintoresca localidad de las afueras de Moscú que será el cuartel general de Portugal mientras dure su aventura mundialista.
Messi desata la locura Mientras tanto, Leo Messi desató ayer la locura en el primer entrenamiento abierto al público de la Albiceleste desde su llegada a Rusia. Medio millar de personas abarrotaron las gradas del centro de entrenamiento situado a orillas de un pintoresco río con playa fluvial en Brónnitsi y a escasa distancia de una tradicional iglesia ortodoxa de cúpulas doradas.
Los aficionados no dejaron de corear el nombre del astro barcelonista, al que tiempo que ondeaban sus banderas argentinas y blaugranas, ya que había numerosos seguidores del club catalán. “Argentina ganará el Mundial. No importa que no sea el mejor equipo, tienen a Messi. Con él todo es posible”, comentó Dima, un niño de 10 años con la camiseta blaugrana de Messi.
Messi bien merece una larga excursión de dos horas en coche o más de una hora en tren y media hora en taxi para llegar a la localidad de Brónnitsi, unos 60 kilómetros al sureste de Moscú.
Entre los seguidores argentinos, había un hombre de avanzada edad que viajó en bicicleta desde la ciudad de Córdoba hasta Moscú y otro que recorrió los más de 4.000 kilómetros entre Madrid y la capital de este país. A eso se sumaron los más de 200 reporteros que cubrieron la hora de entrenamiento dirigida muy de cerca por Jorge Sampaoli y que terminó sin incidentes.
Messi decidió agradecer el apoyo y la paciencia de los aficionados al final de la práctica firmando autógrafos y haciéndose fotos con sus incontables admiradores por espacio de casi diez minutos. - DNA/Efe