La Copa del Mundo de Angelu de octubre significó el reencuentro de Pablo Fusto (Buenos Aires, 1980) con la camiseta albiceleste. En aquella ocasión, “muy especial” para el bonaerense, se unió con Juan Firpo (Nogoyá, Entre Ríos, 1992) en la cancha. Antes, los profesionales no podían jugar en esas citas. “Una ley incomprensible”, desgrana el puntillero, seis veces campeón del mundo Individual. Los palistas jamás habían compartido gerriko. Consiguieron la plata y asomaron letales ante España -un dueto con el segoviano Carlos Baeza y el argentino nacionalizado Emiliano Skufca-, pero cayeron derrotados ante los profesionales franceses Dan Necol y Sylvain Brefel. Fue una gran mejoría para la selección suramericana en pala corta. Ahora, amenazan con conquistar Euskadi y, en octubre, el Mundial de pelota vasca de Barcelona. “Nunca habíamos jugado juntos. Nuestro primer partido fue en Angelu. Este verano nos viene bien para ir mejorando”, destaca Fusto, quien revela que “la Copa del Mundo nos vino muy bien para coger confianza. Ganamos a España y entramos en la final. Cuando estás ahí, quieres ganar a Necol-Brefel. Obviamente, la plata fue un paso muy grande, porque quedamos por encima de países como España o Cuba”.
Innpala fichó a Firpo desde el estreno del Open Internacional Bizkaia hasta el 31 de agosto. El zaguero de Nogoyá gustó mucho en la cita de Angelu. Fusto apadrina el desembarco del guardaespaldas en Euskadi. Reunidos en el frontón Bizkaia de Miribilla, se deshacen en elogios. “Hemos jugado bastante poco juntos. Me lesioné al inicio del Open y no pude participar más, pero tendremos bastantes compromisos durante el verano”, recita el bonaerense. “La mala suerte del percance de Pablo evitó que sumáramos más partidos juntos, pero me sirven igual los encuentros con Gárate para estar encanchado”, sostiene Firpo
El zaguero jugaba a paleta goma en Argentina y el cambio ha sido sustancial. Sin embargo, en poco tiempo se ha adaptado al peso de la herramienta -400 gramos pesa la paleta y cerca de un kilo la pala- y la velocidad, pero hay “un gran margen de mejora”, analiza Fusto. Tomó la opción de embarcarse en un avión y “empezar de cero”. “En la balanza entran muchas cosas, también las familiares. El objetivo más importante es ganar el Mundial de Barcelona y eso es lo que más pesó en mi decisión de venir a jugar a Bilbao. Con Pablo me siento bien, es como de la familia”, dice Firpo. El de Nogoyá tenía “mucha ilusión” por jugar con Fusto. “Hace mucho tiempo que está arriba en esta modalidad y vine lleno de ilusión”, afirma el zaguero, quien agrega que “todo esto es nuevo para mí y vine a aprender. Mi meta es mejorar y voy a sacar el mejor provecho de los choques que me toquen”. Tendrán un verano “movidito”.
En la cancha alternarán actuaciones juntos con partidos en contra, Fusto y Firpo están ejercitando como un tándem. “Estamos entrenando juntos la parte física con un preparador argentino que ha venido a Bilbao. Trabajamos como un equipo. Tenemos una gran relación y eso suma. El Mundial será aún más duro que la Copa del Mundo, ya que se incorporarán también los palistas profesionales a España y ahí estará Francia, que siempre son favoritos”, certifica Fusto.
A pesar de la gran oportunidad que tiene delante, Firpo no quiere adelantarse a los acontecimientos. No piensa en la posibilidad de tomar el ejemplo de su compatriota y quedarse en Euskadi jugando a pala. “No miro más allá del verano. Quiero aprovechar esta oportunidad. Al final, todos los días son nuevos y me pongo nervioso. En Argentina estaba acostumbrado a las exhibiciones, pero aquí me sentí como un principiante. Me lo tomo con calma. Después del Mundial, ya veremos qué pasa”, desbroza Firpo. Pablo, por su parte, advierte que “por nivel de juego podría estar en Innpala. En poco tiempo se ha puesto a nuestra altura. Después, entran en juego otros factores, como podrían ser las decisiones de la empresa y el balance personal. Deportivamente es uno más. No tendría problemas para mezclarse con nosotros”. Además, Fusto cuenta que “Firpo tiene un golpe con la derecha seco, que te atropella, y eso es muy bueno”. Su compañero de la selección de Argentina certifica que el delantero posee una zurda “buenísima”.
la vida personal Firpo se encuentra viviendo en el Casco Viejo. “Ya pasó la peor parte de ejercer de guía. En las primeras semanas te encuentras perdido. A mí me sucedió lo mismo”, cuenta Fusto. En su caso, Iñaki Garma le ayudó a acomodarse. En esta ocasión, Pablo ejerce de cicerone. “Al estar Pablo y venir con el entrenador físico, se me ha hecho más fácil el cambio. Me gusta el ambiente de Bilbao y la calidez de la gente”, finaliza el zaguero de Nogoyá.