El británico Lewis Hamilton (Mercedes) venció ayer en Bakú, en la locura del Gran Premio de Azerbaiyán, beneficiado por el drama de su compañero, el finlandés Valtteri Bottas, que pinchó a dos vueltas del final cuando lideraba un carrera plagada de choques e incidentes. Hamilton, que logró su primer triunfo del año y se coloca además al frente del Mundial de pilotos, se encontró con una inesperada victoria por delante del finlandés Kimi Raikkonen (Ferrari) y del mexicano Sergio Pérez (Force India-Mercedes), que completaron el podio, y con Carlos Sainz (Renault) y Fernando Alonso (McLaren) en quinta y séptima posición, respectivamente.
La estrecha pista urbana de la capital azerbaiyana no defraudó en cuanto a espectáculo, en una carrera en la que se sucedieron los incidentes y con un tremendo pique entre los dos Red Bull que acabó con choque entre ambos, accidente que obligó a reiniciar la carrera a falta de tres vueltas. El entonces líder, Bottas, acabó pinchando cuando tenía todo a favor y entregó el triunfo a su compañero de escudería. Se trata del primer triunfo del año para Hamilton y el número 63 de su carrera en la Fórmula 1.
Bottas se había beneficiado de una acertada estrategia de neumáticos, al alargar los superblandos que tenía desde la salida y aprovechar el cambio de ruedas del alemán Sebastian Vettel (Ferrari), que salió desde la pole position y lideró la carrera de forma plácida durante las 31 primeras vueltas. Pero, cuando el finlandés se las prometía felices, líder y beneficiado para cambiar neumáticos por el choque entre los Red Bull al embestir el australiano Daniel Ricciardo al holandés Max Verstappen en su pelea por el cuarto puesto, se convirtió en drama al encontrar restos de monoplaza en pista que provocaron el reventón de una de sus ruedas a dos vueltas de final.
El que se encontró con una victoria inesperada fue su compañero Hamilton, que era segundo hasta entonces y se vio primero gracias al pinchazo de Bottas y al error de Vettel, pasado de frenada al intentar adelantar a Bottas, lo que le llevó a acabar cuarto y a perder el liderato del Mundial.
Todo esto en una carrera que no pudieron acabar siete pilotos, incluido Bottas y los dos Red Bull, una suerte que evitó Fernando Alonso (McLaren-Renault), que pinchó las dos ruedas del lado derecho de su monoplaza al inicio, pero logró llevar el coche sobre dos ruedas al garaje y reanudar la carrera para terminar séptimo. Aun mejor acabó Carlos Sainz (Renault), que remontó para ser quinto. - Efe