madrid - En los bastos campos hasta la más mínima desviación puede resultar decisiva. Cada centímetro acertado es oro y puede ser juez en el camino de un golfista a la gloria. Jon Rahm lo vivió de primera mano ayer en el Open de España. Fue en pleno duelo con Nacho Elvira por hacerse con el título. Los dos golfistas que lideraron el torneo erraron en su golpe en el hoyo 17. La pelota del vizcaino quedó parada en el borde, manteniendo vivas sus esperanzas, mientras que el cántabro vio cómo su candidatura se hundió al mismo tiempo que la bola desaparecía en el fondo del lago del Centro Nacional de Golf de Madrid. Fue el único signo de debilidad que dejó y Rahm, depredador por naturaleza, no perdonó. Tuvo el título a tiro y se lo llevó a lo grande, con un birdie que cerca estuvo de ser un eagle. A lo campeón.

El Open de España no es un título más para Rahm. Sus ojos vidriosos dejaron claro que era algo muy perseguido. Significó cerrar un círculo iniciado hace muchos años. Campeón de España en todas las categorías, la victoria de ayer fue la última joya de la corona. El vizcaino ya sabe lo que es ganar todos los torneos organizados por la Federación Española de Golf y solo tiene 23 años. Por eso ni se lo pensó dos veces cuando tuvo que alterar su calendario para estar en el Centro de Nacional de Golf. El cansancio después de un duro Masters en el que peleó por la chaqueta verde prácticamente hasta el final hubiera sido una excusa perfecta para convertirse en una baja de última hora, pero Rahm no podía faltar a esta cita, ni tampoco podía acudir a ella lejos de su mejor nivel. A pesar del cansancio y de reconocer que no estaba al cien por cien, el vizcaino luchó por la victoria desde el primer día. Su talento compensó la fatiga y la motivación extra le hicieron desplegar un sólido juego que le llevó a entregar una sobresaliente tarjeta de veinte golpes por debajo del par del torneo que le llevaron a la victoria.

Parte de esta buena tarjeta llega gracias al conocimiento que tiene el golfista sobre el campo. Rahm pasó horas y horas jugando en los hoyos madrileños cuando estaba en la Blume. Lo conoce a la perfección. Ya avisó en la rueda de prensa anterior al torneo que sería necesaria una tarjeta de veinte golpes por debajo del par para ganar. Dicho y hecho. Rahm puso el punto de mira en ese objetivo, lo cumplió y nadie más consiguió llegar ahí. Los dos que más cerca se quedaron fueron Paul Dunne y Elvira. El irlandés lideró el torneo en los tres primeros días, gracias a su inmaculado juego en las distancias cortas, embocando sin fallo todos los putts. Sin embargo, en el último día no pudo mantener el ritmo y quedó descolgado. Más doloroso fue lo que le ocurrió a Elvira. El cántabro realizó una última jornada fantástica y apretó constantemente a Rahm, pero su error en el penúltimo hoyo le llevó a un final demasiado cruel visto el juego desplegado en los 16 anteriores hoyos.

casi 50.000 espectadores El final fue el soñado para Rahm. Título en mano y recibiendo el aplauso de los casi 50.000 espectadores que acudieron a ver el torneo, en gran parte por el gancho mediático que tiene la figura del vizcaíno. Sin embargo, para llegar a este punto tuvo que luchar duro desde el arranque de la jornada. El primer paso fue claro. Rahm quiso “hacer ruido” y “ver de que pasta están hechos mis rivales”. Empezar fuerte para que las celebraciones del público avisaran a los líderes que el golfista de Barrika estaba en racha, que iba a por ellos. Quiso meter presión y lo logró. Dos birdies para comenzar y su nombre apareció en lo más alto de la clasificación del torneo. Dunne se borró de la lucha demasiado rápido, pero Elvira aguantó el golpe y aceptó el envite subiendo su propio nivel de juego.

A partir de ahí fue una dura lucha entre los dos golfistas. Cada paso delante de uno de ellos fue respondido por el otro. Tres birdies y un bogey hizo Rahm. Un eagle, dos birdies y dos bogeys, Elvira. Mano a mano. Creciendo a cada hoyo. Llegaron empatados al 17. Rahm fue el primero en jugar y su golpe desde el tee por poco no se fue al agua. Superado el susto, el vizcaino se resarció de la mejor manera, con una aproximación perfecta que le permitió salvar el par. Suspiro de alivio. Algo que no pudo hacer Elvira. Su penúltimo hoyo fue un desastre total. Primero se fue al agua, casi salva el par con un grandísimo golpe desde fuera del par, pero la bola rodeó el agujero. Y como colmo, en un golpe aparentemente muy sencillo, el cántabro tampoco acertó. Corbata y doble bogey. Oportunidad que Rahm no desaprovechó firmando un birdie que le aseguró el torneo.

Esta victoria no varía el puesto de Rahm en el ránking mundial (4º), lo que sí le permite es escalar posiciones en la Race to Dubai, la clasificación del circuito europeo. El golfista de Barrika ocupa la quinta posición a pesar de haber disputado solo cuatro torneos. Ahora, el vizcaino se tomará una semana de descanso antes de volver a Estados Unidos para disputar a partir del día 26 el Zurich Classic of New Orleans.

Clasificación

1. Jon Rahm 268 (-20)

2. Paul Dunne 270 (-18)

3. Nacho Elvira 271 (-17)

4. George Coetzee 272 (-16)

5. Marc Warren 273 (-15)

5. Jorge Campillo 273 (-15)

5. Brett Rumford 273 (-15)

5. Hernric Sturehed 273 (-15)

12. Adrian Otaegui 275 (-13)

39. Samuel del Val 279 (-9)