Beñat Rezusta debutó como profesional en Aspe el 26 de junio de 2013 y tardó cuatro meses en encontrarse enfrente al que entonces portaba la etiqueta de zaguero campeón del Parejas de ese curso, José Javier Zabaleta. El de Bergara se estrenó mientras la potente derecha del guardaespaldas de Etxarren se empeñaba en abrir boquetes en el mundo manista profesional. Su primer partido en contra en la élite fue el 11 de octubre en el Municipal de Bergara. En el nervio del pelotazo del zurdo guipuzcoano se comenzaba a intuir la talla que podría llegar a tener. Aquel duelo lo ganó el navarro, que se alineó con Erik Jaka ante Titín III y el pegador local (13-22).
Desde aquella cita de festival hasta la final del Parejas del domingo se han encontrado en 38 partidos más y el de Bergara dobla en triunfos a su contrincante. Rezusta ha ganado en 26 ocasiones a Zabaleta, que ha saboreado en trece duelos el triunfo. Los rectores de Aspe tardaron en alinear sus carreras, porque entró en juego la grave lesión de tobillo y la verruga en la mano del de Sakana, que le tuvieron fuera del ruedo profesional once meses. Hasta mayo de 2016 únicamente se habían visto las caras en siete ocasiones. La inclusión por Aspe de ambos en la mayoría de ferias, en los Parejas y los estelares de enjundia ha multiplicado sus enfrentamientos desde el regreso de José Javier a las canchas. En menos de siete meses de 2016 disputaron doce choques, el curso pasado jugaron 18 y la final será el tercero de la presente campaña.
En la perspectiva de futuro, las vidas de Rezusta y Zabaleta se entremezclan como los dos pegadores más importantes del panorama actual. Uno es zurdo y el otro, diestro. Viven dos concepciones distintas: electricidad y poder.
“Para mí, Zabaleta es el rival más complicado”
Si bien la regularidad del bergararra se impone como marca de fábrica, a la que añade una pegada inmensa, el zurdo destaca que, a pesar de haber alcanzado la final del Parejas, “las semifinales nos costaron”. Considera que les tocó trabajar para sacar adelante el punto “ante Ezkurdia-Zabaleta”. Acabaron ganando por 18-22 en Iruñea después de un asedio. “Contra Aimar-Imaz sufrimos, pero conseguimos sacar adelante el partido ante Altuna III-Martija casi sin saber cómo”, considera Rezusta. La cuestión es que el oficio ha funcionado. Vivieron un cara o cruz en su último choque. “Hemos tenido suerte, eso hay que reconocerlo. Hemos tenido cuatro 21 iguales y los cuatro los hemos sacado adelante. Todo cuenta. Está claro que hay que saber jugar los finales apretados, pero la fortuna es importante”, afirma Rezusta, que disfrutará de su tercera final del Parejas consecutiva, El año pasado logró la lana con Irribarria. Beñat es constancia ante todo. Una época. “Me estoy encontrando muy bien. Sin lesiones. Estoy siendo bastante regular. Estoy muy contento con los campeonatos que estoy haciendo. En los últimos tantos del partido de Gasteiz estábamos más fuera que dentro. Estoy contento por disputar mi tercera txapela seguida”, afirma Rezusta.
En la final del Parejas de Primera se medirán los dos guardaespaldas que más huecos abren. El zurdo declara que Zabaleta está “fresco”. “José Javier está demostrando que está muy fresco. Sobre todo, en la segunda parte del Parejas le está dando mucho a la pelota. Regala muy poco y anda en el frontón. Es una gozada verle, aunque jugar contra él no tanto”, manifiesta el guipuzcoano, quien apostilla que “me gustan los partidos de este tipo. Quiero jugar contra los mejores y que estén bien. Espero hacerlo bien”. Asimismo, analiza el zurdo que lo más sorprendente de Zabaleta es “que está haciendo muy buenos partidos muy seguidos”. “En la segunda vuelta y en las semifinales, José Javier ha rendido muy bien. No todo es dar a la pelota: también cubre cancha, falla poco y realiza encuentros muy completos. Durante el verano disputó partidos buenos sueltos, pero en otros quizás no estuvo tan bien. No sé si habrá tenido días tan buenos y tan seguidos”.
Así, el bergararra apunta que “es el zaguero más complicado para jugar en contra por el toque que tiene. Hay otros que ponen la pelota lejos, pero las de José vienen con algo especial. Cuando golpea mal, incluso, es peor, porque vienen torcidas y rápidas. En este estado de forma, si alargas el pelotazo, te lo devuelve al ocho. Si está concentrado, anda mucho en la cancha. Es muy completo, tiene dos buenas manos. Es un gran zaguero”. En sus dos últimos encuentros el zurdo vivió dos asedios. “He tenido dos duelos difíciles. Para mí, los más duros. Son dos pegadores que meten mucho ritmo y velocidad. Te toca estar defendiendo mucho tiempo. Tuve que trabajar y esperar al fallo. Son choques que no estoy tan acostumbrado a jugar”, recita el eléctrico manista.
El guipuzcoano ha encontrado en el Parejas jerarquía. Tiene galones. Cree en el feedback del dueto. “Para hacer pareja hace falta hablar y escuchar. Si veo que Danel está equivocado o quiero que cambie algo, se lo digo; pero también me gusta que él haga lo mismo, que me diga lo que crea que está mal”, finaliza.
“Contra Rezusta tienes que estar muy centrado”
José Javier Zabaleta comenzó su carrera profesional el día de Reyes de 2011 y tardó menos de dos meses en entrar en el Parejas de Primera. Dos cursos después se llevó la txapela con Juan Martínez de Irujo, con 22 años. Entretanto, días de elegancia. Aquellos meses de campeón le dijeron que iba a marcar época. A Zabaleta no le inquietó. “Eso no me metió presión. Estuve casi un año lesionado -entre 2015 y 2016- y siempre he intentado salir de aquello y recuperarme. Lo único que quiero es disfrutar en la cancha. Trabajo todos los días para eso. Ha llegado una final y espero seguir en ese buen camino”, desgrana. Desde entonces, los problemas físicos y la irregularidad le negaron la salida del laberinto del pegador: seguridad y regularidad. “Lo que más valoro es disfrutar en la cancha. Eso es lo más importante. Después, es más fácil llegar a partidos importantes. Lo mejor es tener regularidad durante todo el año”, sostiene.
Zabaleta radiografía a su contrincante, del que opina que es un “grandísimo” pelotari. “Es regular, es un ganador”, agrega el de Etxarren. En los últimos cursos, los dos guardaespaldas caminan juntos en los envites de su empresa por el potencial que muestran. Vidas paralelas. “Nos conocemos mucho. Al principio, era raro enfrentarse a él por ser zurdo. Nunca había jugado contra alguien de esas características. Además, le da mucha velocidad a la pelota. Sabemos que siempre da el cien por cien. Es difícil de batir por ser constante y muy ganador”, desbroza el pelotari de Sakana, quien valora que “somos distintos”. “Mi fuerte es la derecha y el suyo es la zurda. Cuando jugamos en contra nos ponemos cada uno en un lado. Tiene un pelotazo muy fuerte, violento y rápido”, recita Zabaleta, quien hace hincapié en la dificultad de contrarrestar la “violencia” que imprime Rezusta al cuero. “Sus pelotas te llegan con mucha velocidad y no te puedes colocar bien. Es distinto al resto de pelotaris. La primera vez que nos enfrentamos me sorprendió más la velocidad de su pelotazo que el ser zurdo. Te deja poco tiempo y te hace pelotear a mucho ritmo”, remacha.
Zabaleta vivirá el domingo su segunda final del Parejas y ejerce de veterano en su combinación. En semifinales guió a Ezkurdia. Ha necesitado cuatro participaciones en cinco años para regresar al Olimpo. “Otras veces hemos estado con opciones hasta las semifinales, pero no conseguimos clasificarnos a la final. He llegado con un amigo y estoy contento por ello”, argumenta el de Etxarren, quien dice que “llevamos varios encuentros jugando con confianza. Tenemos la suerte de aguantar bien todos los partidos. Esa continuidad nos ha dado confianza”. La paciencia y el trabajo han dado sus frutos. “Este verano he dado un salto de madurez”, finiquita.