miami (EEUU) - Tras dejar el cemento de Miami, el circuito encara la temporada de tierra más abierta en años por las ausencias de los tenistas más en forma del inicio de la sesión, Roger Federer y Juan Martín del Potro, y, sobre todo la duda sobre el estado físico del rey de la superficie, Rafa Nadal.
Todos están pendientes del actual número uno del mundo, que podría reaparecer este fin de semana en la Copa Davis contra Alemania en Valencia, tras la lesión en el psoas ilíaco de su pierna derecha que le acompaña desde el Abierto de Australia y de la que se resintió en Acapulco (México).
Nadal, que viene de recuperar el liderato en el ranking mundial, defiende en la temporada de tierra 4.680 puntos tras ganar el año pasado en Roland Garros, los Masters 1.000 de Montecarlo y Madrid y el Conde de Godó. Su problema es que tendría que repetir todos esos éxitos para seguir primero, porque apenas tiene 100 puntos de ventaja sobre Roger Federer, que el año pasado tampoco compitió en tierra, por lo que no va a perder ningún punto.
Otro que reducirá mucho su presencia en tierra batida es el otro gran tenista del año, el tandilense Del Potro, ganador en Indian Wells y Acapulco, finalista en Auckland y semifinalista en Miami. El argentino, con un balance de 21 victorias y cuatro derrotas este año, ya anticipó que estará en Roland Garros y quizás algún torneo previo, que bien podría ser el de Madrid.
Así, sobre el papel, el gran rival el tierra batida de Nadal podría ser el austríaco Dominic Thiem, 7º del mundo, que se reservó y no participó en Miami por una lesión en la cadera. El joven austríaco, que ya ganó el año pasado al español en la tierra de Roma, es uno de los muchos tenistas que llegarán a la temporada europea en proceso de recuperación.
Uno de ellos es el serbio Novak Djokovic, que no termina de encontrar el ritmo que le hizo uno del mundo durante dos años, pero para el cual Montecarlo tiene siempre un punto extra de motivación. Otras dudas son el suizo Stan Wawrinka o el japonés Kei Nishikori, que siempre dan lucha en tierra. Así, se abren las opciones a otros como el alemán Alexander Zverev, finalista en Miami, y que ya ganó en 2017 en Roma, el búlgaro Grigor Dimitrov, el argentino Diego Schwartzman, el español Pablo Carreño o un más estable Fabio Fognini.
Simona Halep es la referencia En el cuadro femenino, el panorama se presenta igual de incierto. La rumana Simona Halep, uno del mundo, es la referencia tras ganar el año pasado en Madrid, ser finalista en Roma y Roland Garros y caer en semis en Stutgart. Pero no se debe descartar a la dos y tres del mundo, la danesa Caroline Wozniacki y Garbiñe Muguruza, campeona en Rolando Garros en 2016.
Junto a ellas la actual campeona en Roland Garros y finalista en Miami, la letona Jelena Ostapenko, y su rival en la final en el torneo floridiano, la estadounidense Sloane Stephens.
A estos nombres se pueden sumar las dos ex número uno que acaban de regresar al circuito tras su baja por maternidad, la estadounidense Serena Williams y la bielorrusa Victoria Azarenka. La veterana María Sharapova es una incógnita.