BILBAO. Txikon llegó la semana pasada al campo base para volver a intentar la ascensión invernal al Everest (8.848 metros) sin ayuda de oxígeno artificial.

Este año ha instalado el campo base a 5.300 metros, un poco más alto que el año pasado, para tener más horas de sol y estar más cerca del inicio de la cascada del Khumbu, lo que les ahorra trabajo para transportar el material.

Esta semana la expedición la va a dedicar entera a equipar la cascada de hielo, un largo paso lleno de grietas y seracs que es paso obligatorio, y de lo más peligroso, antes de emprender el ascenso en sí.

Los planes del alpinista y los sherpas que le ayudan son dedicar dos semanas al equipamiento, ya que el año pasado trabajaron nueve días seguidos en la cascada y acabaron muy cansados, por lo que este año esperan trabajar con más calma. El intento a cumbre está previsto para febrero.