LONDRES ? La sombra del dopaje vuelve a planear sobre Justin Gatlin. El actual campeón del mundo de los 100 metros, el mismo que fue abucheado por parte del estadio olímpico de Londres tras batir en la final a Usain Bolt, ha sido señalado por una investigación del Daily Telegraph. Unos reporteros del diario británico se hicieron pasar por representantes de una compañía cinematográfica que buscaba atletas, a los que el entorno del deportista ofreció sustancias ilegales para entrenar a un actor. En concreto, según apunta el Telegraph, los periodistas visitaron el campo de entrenamiento en Florida donde se prepara Gatlin y allí su entrenador, Dennis Mitchell, y su agente, Robert Wagner, les ofertaron testosterona y hormonas del crecimiento por 250.000 dólares. Micthell y Wagner les ofrecieron conseguir estas materias a través de un doctor en Australia, al tiempo que defendieron el dopaje como una práctica muy extendida y reconocieron que Gatlin había tomado estas sustancias en alguna ocasión.
El atleta y su entorno están siendo investigados por la Unidad de Integridad del Atletismo. Los abogados de Gatlin han anunciado el despido de Mitchell y el corredor asegura estar limpio: “No permitiré que nadie mienta sobre mí. No estoy utilizando ni he utilizado productos dopantes. Me sentí conmocionado y sorprendido al saber que mi entrenador pudiera tener algo que ver incluso con la apariencia de estas acusaciones. Lo despedí tan pronto como descubrí esto”.
Doce años después de ser campeón del mundo en Helsinki, Justin Gatlin obtuvo el pasado verano el premio a su constancia con un nuevo título universal cobrándose una pieza de rango supremo. El mejor velocista de todos los tiempos, Usain Bolt, caía derrotado, por primera vez en diez años, en una final. La perseverancia del velocista de Brooklyn encontró premio. El quinto atleta más veloz de la historia (9,74) llevaba cinco medallas de plata consecutivas en grandes campeonatos, siempre relegado al puesto de segundón por Bolt.
Con 35 años, Gatlin es el campeón mundial de 100 metros más viejo, aunque su edad atlética sea, en realidad, cuatro años más joven, una vez descontados los cuatro años que pasó a la sombra (entre 2006 y 2010) por reincidencia en el dopaje. Sus problemas con el dopaje se remontan a dieciséis años atrás. En 2001 dio positivo por anfetaminas y fue suspendido por dos años, pero alegó que había sido por culpa de un medicamento que tomaba desde niño para corregir el síndrome de déficit de atención y fue rehabilitado por la IAAF.
En julio de 2006, sin embargo, el propio Gatlin anunció que la Agencia Estadounidense Antidopaje le había comunicado el resultado adverso (testosterona) de un control. El neoyorquino se entrenaba con Trevor Graham, un técnico de pésima reputación. Echó la culpa a su masajista de haberle aplicado en los glúteos una crema que contenía testosterona. Pero esta vez la excusa no prosperó. Gatlin tuvo que aceptar una sanción de ocho años, que finalmente quedó en cuatro tras recurrir la pena. ? K. T.