el Girona no camina solo. El club catalán, en su primera aventura en la máxima categoría del fútbol estatal, bien puede presumir de los diecisiete puntos que suma en la clasificación -donde ocupa un meritorio décimo puesto- tras la disputa de las trece primeras jornadas y de una alianza singular más allá de los terrenos de juego, pero con incidencia directa sobre el verde. El poderoso Manchester City, bajo la influencia de su entrenador Pep Guardiola y el empresario y representante de jugadores Pere Guardiola, hermano del técnico, asoma como singular y preciado aliado de una entidad que ha visto cumplido su sueño de ascender a Primera División con una ayuda de postín que quedó pactada en julio de 2015.
Fue entonces, con el Girona inmerso en ciertos apuros económicos que no le impedían mantener intacto el sueño del ascenso en la siempre complicada Segunda División, cuando quedó formalizado el cambio de manos dentro del club. Uno de los acuerdos establecidos radicó en que en caso de subir a Primera, el City Football Group, compañía que posee al Manchester City, compraría la entidad catalana para convertirla así en su club franquicia dentro de la liga española, al igual que sucede con el Melbourne City en Australia y el New York City en Estados Unidos, donde milita David Villa.
El City Football Group figura, además, como accionista minoritario del Yokohama Marinos en Japón y del Torque en Uruguay, equipos sobre los que también ejerce su particular influencia una empresa bajo los dominios del grupo Abu Dhabi United Group, controlada por el jeque Al Nahyan, miembro de la familia real de Abu Dabi. El pasado 23 de agosto, el Girona procedió a anunciar oficialmente que tamaña compañía y Girona Football Group, empresa que ha utilizado Pere Guardiola para entrar en el club catalán y que está controlada por Guirdis Holding, en posesión del hermano del entrenador del Manchester City con sede en Malta, se habían convertido en los máximos accionistas de la entidad catalana con un 44,3% de las acciones cada uno, sumando así un total de 88,6% del total. Esta maniobra permitiría al Girona y al Manchester City competir en Europa durante una misma temporada al evitar la denominada multipropiedad, puesto que la UEFA no permite que dos equipos con un mismo dueño puedan participar en una misma competición continental.
Para afrontar su primer desafío en la élite del fútbol estatal a nivel doméstico, el cuadro gerundense cuenta con cinco jugadores cedidos por el club citizen: el lateral Pablo Maffeo, que ya estuvo cedido en Montilivi las dos anteriores campañas, los centrocampistas Aleix García y Douglas Luiz y los delanteros Marlos Moreno y Larry Kayode, máximo goleador de la última edición de la Bundesliga austriaca. El carrusel de cesiones, no obstante, arrancó en el verano de 2015, cuando el Manchester City, rival el pasado verano del Girona en su presentación, envió a Montilivi a cuatro futbolistas: Chidiebere Nwakali, el ahora albiazul Rubén Sobrino, Florian Lejeune y el anteriormente citado Maffeo.
El año pasado, en Segunda, Pablo Marí se sumó al equipo dirigido por Pablo Machín, quien comanda un proyecto que amenaza con protagonizar un notable crecimiento en los próximos años en caso de lograr asentarse en Primera División.
empujón económico El ascenso de categoría, sellado el pasado 4 de junio tras el empate sin goles firmado como local contra el Zaragoza, se ha traducido también en un importante impulso económico para el Girona, que ha pasado de cobrar 6,3 millones de euros por los derechos de televisión a ingresar 40 millones. Se trata, para más inri, de una entidad que en abril de 2015 sorteó la suspensión de pagos que perseguía al club con la sorprendente aparición meses después de un misterioso comprador que adquirió el 80% del Girona: el grupo francés TVSE, que contó con Pere Guardiola como intermediario en la operación.
Se trata del pasado más reciente de un club que cabalga desde noviembre de 2016 bajo la presidencia del exalavesista Delfí Geli, formado en la cantera rojiblanca y antiguo integrante de la primera plantilla del Girona, de donde salió para fichar por el Barcelona, Albacete, Atlético de Madrid y El Glorioso. Terminó su carrera en casa, en un Girona que asoma ahora alejado de estructuras tradicionales y con la permanencia en Primera entre ceja y ceja. El objetivo del conjunto catalán pasa por crecer año tras año en todas sus parcelas, reto para el que se antoja más que necesaria su continuidad en la élite. Mañana, el nuevo Deportivo Alavés de Abelardo necesita imperiosamente que los catalanes den un paso más hacia ese propósito.