Duración: 63 minutos de juego.
Saques: 1 de Elezkano II (tanto 8).
Faltas de saque: 1 de Irribarria.
Pelotazos: 511 pelotazos en juego.
Tantos en juego: 8 de Elezkano II, 2 de Rezusta, 7 de Irribarria y 2 de Merino II.
Errores: 3 de Elezkano II, 3 de Rezusta, 6 de Irribarria y 3 de Merino II.
Marcador: 0-1, 1-1, 1-2, 6-2, 6-3, 12-3, 13-6, 14-6, 14-7, 18-7, 18-9, 19-9, 19-12, 21-12, 21-15 y 22-15.
Botilleros: No hubo botilleros al ser las dos parejas de la misma empresa.
Apuestas: Se cantaron posturas de salida a la par.
Incidencias: Partido correspondiente a la liguilla de cuartos de final del Parejas de Primera de la LEP.M disputado en el frontón Beotibar de Tolosa. Buena entrada. En el primer partido, Ugalde-Lasa IV ganaron a Peio Etxeberria-Merino (18-10). En el tercero, Mendizabal III-Jaunarena vencieron a Darío-Erostarbe (22-9).
Tolosa - Danel Elezkano y Beñat Rezusta demostraron ayer de qué madera están hechos. Dos buenos socios. Una combinación fabricada para funcionar. El clasicismo en el Parejas: pelotari rematador más pelotari pegador. Una ecuación que apenas sufre vaivenes si, además, en defensa se sacan las castañas del fuego a la perfección como lo hicieron en el frontón Beotibar de Tolosa. El vizcaino, al término, alababa el trabajo a la hora de sujetar el compromiso, de alimentar la certidumbre y aflorar el dominio. La clave: las labores defensivas. El impulso: la visión del vizcaino. Los cimientos: la solidez de un Rezusta estupendo. Además: la mala fortuna de Iker Irribarria en los primeros compases, que vivió un calvario antes de la primera decena. Si bien su unión con David Merino funcionó en su versión trabajadora, la falta de colmillo fue una cizalla, un peso, engordado por la electricidad rival. Irribarria y el zaguero de Villar de Torre están en pleno ensamblaje.
Ocurre que, en un inicio duro, de cuerpo a cuerpo, los azules se encontraron con una falta de saque y tres chapas de Irribarria, que quizás marcaron su devenir a lo largo del pleiteo ante Elezkano II, más acertado, más seguro. Mejor. Iban 7-3. En cualquiera de los casos, la combinación colorada alumbró superioridad a raíz de lo que vino después. Reinaron al galope. El partido se esfumó. Se abrió una brecha inopinada. Se gastó la emoción al prender la mecha Elezkano II y Rezusta. Su unión, bonita, perfecta, anunció un camino que se puede asfaltar de baldosas amarillas, aunque todavía es pronto para adelantarlo.
La tendencia no cambió. La asociación colorada, de puro trabajo, de pegada y remate, cerró cualquier hueco a Irribarria y puso a Merino II a llevar. El zaguero riojano se vio superado, pero aguantó ante el martillo rival. Los azules, viento en contra, peleando con las cartas marcadas, vieron cómo el luminoso se extendía hasta el 19-9. No fue un desastre. El problema fue la falta de huecos. Poca arquitectura, aunque Irribarria destiló electricidad. Para muestra, el 18-7, un tanto revuelto, con tiqui taca en los cuadros alegres, que terminó Danel con un pelotazo atrás que David no pudo llevar. Al final, el déficit de velocidad competitiva podría haber pasado factura al zurdo de Arama, quien, a vida o muerte, se vino arriba en el último tramo. Puro maquillaje. Danel y Beñat acabaron ganando 22-15 y vieron cercenada su distancia, pero la hegemonía no estuvo en peligro en ningún momento. Mano de hierro. Buena imagen.
Elezkano II, que tenía dudas a la hora de encarar la primera jornada del Parejas, por aquello de haber pasado tres semanas sin vestirse de blanco y aterrizar con las “manos justas”, completó una buena cita, en la que amasa su aspiración a todo. Desde luego, la fusión con Rezusta, pelotari que pega mucho, anda más y desborda seguridad por los cuatro costados, puede poner las bases de un edificio muy sólido.