vitoria - La Fundación Euskadi asomará en el profesionalismo bajo la dirección de Jorge Azanza (Altsasu, 16 de junio de 1982) y el paraguas de Mikel Landa, un aliciente para que el proyecto, que mira al Tour a medio plazo, enraíce y crezca.
¿Cómo están siendo los primeros pasos de esta nueva aventura?
-Sabemos que la categoría Continental va a ser difícil porque la mitad de los chavales proceden del equipo aficionado de la Fundación y son muy jóvenes. Por otro lado tenemos a Jon Ander Insausti, Ricardo García, Egoitz Fernández y Pello Goikoetxea que están más curtidos, pero será difícil porque las carreras que nos vamos a encontrar van a ser de mucho nivel.
¿Teme que les cueste adaptarse?
-Es algo que está dentro de los planes. Sabemos que será complicado, pero si no das el paso nunca te adaptas, así que la idea es adaptarse lo mejor posible. A los más experimentados no les costará tanto, pero los más jóvenes necesitarán más tiempo. Iremos poco a poco, viendo cómo se adaptan y se hacen a la categoría. Hay que tener paciencia.
¿Cuáles deberían ser los objetivos del equipo en este primer año?
-Para mí, los objetivos principales pasan por dar una buena imagen como equipo, como siempre ha ocurrido con la Fundación Euskadi. Queremos dar imagen de combatividad, de entrega, de cohesión de grupo y de disciplina. Son los valores que queremos transmitir. A los tres corredores con más peso en el equipo: Ricardo García, Jon Ander Insausti y Egoitz Fernández se les podrá exigir algo. Pero, de momento, se trata de darles una oportunidad y que tengan la alternativa de ser profesionales y ver hasta dónde pueden llegar. En cuanto a victorias, creo que no es momento de marcarse ningún objetivo.
¿Qué calendario afrontarán?
-A falta de concretar algunas pruebas en el extranjero, estaremos presentes en todo el calendario que podemos disputar en España. Tendremos bastantes carreras también cerca de casa, como la Klasika de Amorebieta, el Gran Premio Indurain, la Vuelta a la Rioja... Cada carrera va a ser una oportunidad de dejarse ver y para que los corredores aprendan.
Un año de aprendizaje del oficio.
-Salvo para Jon Ander, que viene del Bahrain, Ricardo, Egoitz Fernández y Pello Goikoetxea, para el resto es un año para aprender. Jon Ander tiene un gran nivel pero le ha faltado continuidad. Es un gran corredor, con mucha calidad. Se le puede pedir algo más que simple aprendizaje. Lo mismo que a Ricardo, que ha corrido carreras del WorldTour y sabe lo que es esto. Son profesionales, pero además son corredores que van a venir aquí con muchísimas ganas. También está Egoitz, que ha corrido en Japón y tiene un nivel. Es un corredor rápido. Los tres son ambiciosos y se les podrá presionar un poco más.
Contar con un velocista como Egoitz Fernández se antoja importante para optar a triunfos.
-Este año ha ganado en Japón. Ganar es siempre complicado. También fue cuarto en el Circuito de Getxo. Para mí es un corredor importante, que si las cosas van como tienen que ir seguro que está en la disputa de algunas carreras.
¿Qué espera de las incorporaciones?
-Ricardo y Jon Ander son los puntales del equipo, son los que tienen que transmitirles a los jóvenes y enseñarles el oficio in situ, en el pelotón. Si bien gracias al pinganillo podemos transmitirles más cosas a los más jóvenes, la experiencia llega desde dentro de las carreras y en eso tendrán un papel importante. Además de ellos esperamos que los jóvenes demuestren que en el futuro pueden ser grandes corredores, porque así lo creemos. Egoitz, por su parte, no es tan veterano, pero ya ha estado en profesionales y tiene una velocidad punta que le puede dar victorias. El resto viene de la categoría amateur y no se les puede exigir resultados desde el primer año, pero sí se les puede pedir que hagan las cosas bien y que den imagen de grupo y cohesión de equipo.
¿Les resultó sencillo convencer a Jon Ander, Ricardo y Egoitz para que se incorporasen al equipo de la Fundación Euskadi?
-Los corredores lo han estado deseando desde el primer momento. Incluso había corredores que tenían ofertas de equipos de mayor categoría y han decido quedarse y otros apostar por este proyecto. Eso es algo de admirar. Han sido los propios corredores los que han decidido quedarse aquí. Tienen confianza de que las cosas aquí se hacen bien y quieren continuar aquí en el futuro. La propia historia de la Fundación y la aparición de Mikel Landa han sido dos puntales imprescindibles en ese sentido. Juntando eso y con el apoyo de Orbea y Etxeondo se ve que es un proyecto serio y que despierta gran ilusión.
¿Qué imagen quiere trasladar en carrera como equipo?
-Siempre me ha gustado dar la cara en carrera, salir a pelear por las carreras, pero siempre con cabeza. Habrá carreras en las que habrá muchísimo nivel y la idea es ir aprendiendo. Queremos que sea un equipo que se deje ver y que dé una buena imagen.
Lo que sí tenían claro es que además de contar con la base de la Fundación Euskadi eran necesarios otros mimbres para fortalecer el equipo.
-Estaba claro que era también necesaria gente con experiencia. Si pasas solo a chavales jóvenes, aunque tengan calidad, se los come el lobo en dos carreras y adiós. Necesitan estar protegidos y que les guíen. Ricardo, Jon Ander, Egoitz y Pello, que también corrió en profesionales, están más curtidos y ellos deberán transmitir a los chavales lo que supone la categoría y cómo llegar al grupo en plena carrera. Mi intención es que ellos sirvan de profesores y de guías para los más jóvenes. Quiero que les enseñen el oficio desde dentro.
Para usted esto también representa un reto importante.
-Sí, yo me estrené como director en amateur. Me consolidé en la Fundación Euskadi dirigiendo al equipo tres temporadas y ahora también doy el salto. Tengo muchísimas ganas y muchísima ilusión de dirigir a un equipo con chavales de casa. Para mí es un sueño y un orgullo pasar a profesionales junto a ellos.
¿Qué supone para ustedes, que Mikel Landa sea el abanderado de este proyecto?
-Para nosotros su aportación es importantísima. Era un proyecto que estaba de capa caída, que no tenía muchos apoyos y su aparición ha generado mucha ilusión, los corredores están motivadísimos porque ellos le ven como un ídolo. Mikel se ha implicado mucho, ha mantenido contacto en primera persona con ellos, llamándoles personalmente y es una motivación increíble. Lo más importante es tener el apoyo de Mikel, sentirle cerca y con eso los chavales están muy motivados. Es una gran motivación para todo el equipo. Estábamos encasillados en la categoría amateur, sin muchas expectativas de que los chavales pasaran, pero la aparición de Mikel ha provocado que tengan la oportunidad de ser profesionales en un proyecto que está generando mucha ilusión.
Una vez que Landa tomó las riendas de la Fundación Euskadi, ¿pensó que darían el salto al profesionalismo?
-No. Cuando hablé con él le trasladé la idea de salvar el equipo aficionado. Dar el paso al profesionalismo fue una idea de ellos y de los patrocinadores (Orbea y Etxeondo) que entraron con ellos. Ha sido una suerte para todos y una noticia muy buena que salga otro equipo profesional con miras a ser más grande en el futuro.
¿Qué espera Landa del equipo?
-Mikel quiere que los corredores aprendan y se adapten a la categoría, que vean que es correr con equipos importantes y conozcan cuál es el funcionamiento del profesionalismo. Quiere que aprendan a ser ciclistas.
¿Sueña poder dirigir a la Fundación Euskadi liderada por Mikel Landa en el Tour?
-Para mí, como director, estar en este proyecto y que algun día Mikel pudiera liderarlo en en el Tour sería un sueño incluso más grande que el que tienes de niño para ser profesional.
Es un proyecto que mira al Tour a medio plazo. ¿Quieren recuperar la esencia de Euskaltel?
-La senda que dejó Euskaltel es lo más reciente y lo más bonito. Todo el mundo se acuerda de aquel equipo, de la marea que creó y de todo lo que había detrás de aquel proyecto. Estaría genial seguir con ese camino, pero ciertas cosas las haríamos de otra manera. Sería algo muy bonito tener un equipo así.
¿Percibe una mayor ilusión tras el apoyo de Landa y la aportación de Orbea y Etxeondo?
-Sí, sin duda. La gente nos dice que ya hacía falta algo así, que había que recuperar el espíritu de aquel equipo. La gente tiene ilusión de que salga algo bonito de todo esto.