Bilbao - Las horas se van escapando como arena entre los dedos a los finalistas del Cuatro y Medio. Mikel Urrutikoetxea afronta sus últimos días antes del extraordinario encuentro que dirimirá al campeón del acotado del presente curso y afirma encontrarse sin nervios.
No obstante, aunque la realidad es que el vizcaíno es un pelotari bastante tranquilo en citas de tamaño calado, reconoce que el día de la verdad llegará le el “gusanillo en el estómago”. “Intento estar centrado en lo mío y hacer lo mejor posible mi trabajo durante los días previos”, desgrana. En la hoja de ruta entra un entrenamiento suave en el frontón Bizkaia de Bilbao, que realizará hoy, con la intención de “calentar bien las manos”.
“La verdad es que de físico me estoy encontrando bien. Llegaré bien al encuentro. El dedo que tengo roto -el anular de la mano izquierda- va a mejor. He entrenado durante las últimas semanas y apenas he tenido molestias. Estoy esperando que llegue el día”, destaca el delantero de Zaratamo, quien apostilla que “este año me estoy sintiendo bien, cada vez mejor, eso demuestra que el trabajo está dando sus frutos”.
Asimismo, Urrutikoetxea revela que “esta final es tan especial como la primera que disputé”.
Por su parte, el de Asegarce valora que Jokin Altuna es un adversario que “lo hace todo bien”. “No puedo quedarme con nada en concreto de lo que destaca de mi rival, porque se trata de un manista muy completo y al que se le da muy bien la distancia del Cuatro y Medio”, recita el vizcaíno.
Además, apostilla que, entre sus prioridades, estará comenzar la contienda al galope. “Los dos vamos a querer empezar el partido con diferencias y llevar la iniciativa. El que lo haga tiene mucho ganado. Estoy seguro que los dos queremos buscar lo mismo”, remacha Mikel.
Desde que alcanzó su primera final en Primera en el Manomanista de 2015, Urrutikoetxea sumará su quinta cita por una txapela oficial entre el plantel de estelaristas de las empresas profesionales. Aun así, considera que “estoy viviendo este momento con mucha ilusión”.
“Cualquier final es especial. Cuesta alcanzar estos partidos y son para disfrutarlos. Mi intención es quedarme a gusto con el juego que haga el domingo”, manifiesta el de Zaratamo.
Por ahora, las cosas le han salido a pedir de boca. “He jugado cuatro partidos y me he quedado a gusto con el trabajo realizado hasta el momento”, define Mikel. En todos, la holgura ha reinado en el luminoso.
Primero descorchó el Cuatro y Medio contra Jokin Altuna en Lekunberri (22-12), después impuso su ley ante Joseba Ezkurdia en Bilbao (22-14) y terminó la liguilla de cuartos de final de modo sideral ante Iñaki Artola (22-13). Por último, en la semifinal fue un dechado de virtudes ante su bestia negra: Bengoetxea VI (11-22). - I. G. Vico