GASTEIZ- Apura Jon Aberasturi (Gasteiz, 28 de marzo de 1989) los días de barbecho tras una campaña apenas extinguida. “La temporada asiática acaba más tarde que la europea”, recuerda el corredor. El velocista, que el próximo año correrá con los colores del Euskadi-Murias, busca dejar su huella en las carreras europeas después de brillar en el circuito asiático con ocho victorias.
Ha sido un gran año para usted. Ocho triunfos y numerosos puestos de honor.
-Sí, sin duda. Mentalmente es lo que te empuja para seguir entrenando. Siempre se tienen ganas de competir, pero si encima tienes opciones de ganar se hace más fácil. Siempre estás con ánimo, con ganas de entrenar y piensas de forma positiva porque te va bien el año. Es un cúmulo de factores que hacen que te sientas positivo y con confianza. Todo eso hace que el año resulte más fácil de llevar.
¿Además de los triunfos, su mayor victoria ha sido obtener confianza en sí mismo?
-Sí. Lo que me llevo de estos dos años es que he ganado mucho en confianza. Pasar de que tal vez no valía para esto a darte cuenta de que no estás tan lejos de los buenos ha sido fundamental para mí. Pienso que tengo un buen nivel para estar en el ciclismo europeo. Tengo la oportunidad de intentar demostrarlo.
¿Está ante su gran salto?
-Sí. Llega en el momento idóneo. Estos tres últimos años han sido un poco extraños, porque en su día me veía dando el salto a Euskaltel como algo soñado, algo que había buscado desde pequeño y luchar por estar en el WorldTour. Aquello se truncó y me he tenido que buscar la vida. Ahora tengo otra oportunidad y quiero aprovecharla. He madurado como ciclista y creo que estoy mejor físicamente que hace tres años. Este periplo en México y Japón me ha venido bien para fortalecerme mentalmente.
Demostró valentía al irse a México y después a Japón para buscar una oportunidad.
-Es cierto que había perdido bastante la confianza en mí mismo, pero con esa poca confianza que me quedaba la utilicé para echarle un par de narices y seguir adelante. Tal vez tirar la toalla en esos momentos difíciles hubiese sido lo más fácil, pero no lo hice. Me busqué otro camino. Después de estos años de aprendizaje he podido tener otra oportunidad. Mi idea es empezar con buen pie esta nueva aventura. Intentaré dar otro pasito más. Quiero una victoria en Europa lo antes posible.
¿Cómo vivió el proceso de salir adelante?
-Me di una nueva oportunidad. Tenía 24 años cuando me fui a México. A esa edad sabía que no había dado todo lo mejor de mí. No me quería quedar con esa espina clavada y por eso probé por otro camino. Al principio, la idea era salvar aquel año como pudiese. Buscaba una oportunidad ganando alguna etapa. Tenía en mente intentarlo por todo los medios y cuando surgió la opción de ir Japón, al Team Ukyo, no me lo pensé. Las condiciones eran mejores de lo que había pensado. Mi estancia en el ciclismo asiático ha sido muy positiva. Es una experiencia que me ha venido muy bien para tener una confianza que antes no tenía.
¿De qué le han servido estos dos cursos en Japón a nivel deportivo?
-El año pasado fueron carreras más fáciles, corríamos menos carreras UCI. Aunque veía que podía ganar fácil en alguna de esas carreras, era consciente de que el nivel no era alto. Este año hemos dado un paso más. Las carreras tenían más nivel. Hemos corrido carreras UCI y he sumado 71 días de competición. Comencé con buen pie y he sido más regular. La continuidad me ha dado confianza y he podido mejorar. Todo eso me ha ayudado a poder ganar más. Soy un esprinter nato y he tenido la oportunidad de coger experiencia en los sprints, que es fundamental para poder ganar. No se trata solo de ir rápido, de esprintar, se trata de buscar la colocación, de saber en qué momento puedes ir para adelante, cuándo no... En mi caso, no podía apoyarme mucho en los compañeros de equipo, así que tenía que buscarme la vida a la hora de hacer el sprint. Tenía que esprintar por instinto, aprovechándome del trabajo de otros. Eso me ha venido bien para espabilar. He aprendido muchos detalles. He podido repetir durante diferentes carreras situaciones similares y eso te ayuda mucho. Para el futuro me va a venir bien.
¿Qué espera de su retorno al ciclismo europeo?
-Sobre todo empezar el año con buen pie. No quiero perder la confianza que he cogido durante este tiempo. Quiero empezar con buena forma física aunque soy consciente de que tal vez no llegue con los kilómetros necesarios como para estar al 100%. El calendario asiático empieza más tarde pero también acaba más tarde que el europeo. Prácticamente acabas un mes más tarde. No puedo estar a tope en la primera carrera del año porque no tengo margen para hacer una base buena, pero intentaré comenzar lo mejor posible dentro de mis posibilidades. Una vez comience el año intentaré buscar mis oportunidades y luchar por una victoria lo antes posible. Tengo posibilidades de ganar el próximo año. Tengo que confiar en mí.
¿Cómo surgió la opción de recalar en el Euskadi-Murias?
-Ellos querían a un corredor con mis características y me pareció una oferta atractiva poder correr con un equipo de casa, con gente cercana y en categoría Continental Profesional. Estoy ilusionado y quiero que el equipo crezca. Es una opción que me llena. Me gustaría que en el futuro el equipo diera un paso más y que la gente se ilusionara con este proyecto como lo hizo en su día con Euskaltel. Sería bonito intentar que el ciclismo vasco creciera y llegara, de nuevo, al Tour. En su día aquello parecía un locura y se logró. No creo que sea imposible.
En Europa será más complicado vencer que en Asia.
-Sí. No hay duda. Es otra liga. A nivel de lo que es el sprint propiamente dicho no creo que vayan a esprintar más rápido, pero sí es verdad que en Asia el nivel de las carreras es menor. No son tan duras ni tan rápidas. Lo importante es llegar fresco, tener la suficiente capacidad para aguantar bien el ritmo y poder rematar después al sprint. Aquí hacen falta otras piernas. La clave será buscar una condición óptima para llegar con opciones a los sprints.
¿Cree que estar en casa le ayudará a rendir mejor?
-Estar en casa me dará un impulso extra. Me gustar entrenar con gente con la que lo he hecho toda la vida, como Mikel Landa, Víctor de la Parte, Richi García, entrenar por recorridos que conoces, que te gustan y sabes que te van bien. El hecho de evitar esos largos viajes ya es una gran ventaja (cada viaje a Japón le llevaba entre 24 y 27 horas). Eso te da una estabilidad, una tranquilidad y una continuidad. Cuando vienen mal dadas, el poder compartir esas preocupaciones con corredores con los que tienes mucha confianza, ayuda. Son los que mejor te pueden entender. Estar fuera de casa me ha servido para valorar lo bien que vivimos aquí. Somos unos privilegiados.