2 Eduardo Oyarzabal

PEKÍN ? Garbiñe Muguruza retrasó un día su concurso en el Abierto de China y lo hizo por padecer un proceso febril provocado por una gripe. Por eso ayer dio comienzo a su periplo chino, un día más tarde de lo previsto por petición expresa de la tenista que fue concedida por la organización. A pesar del margen solicitado, la vasco-venezolana se presentó al encuentro que la enfrentaba ayer a la checa Barbora Strycova, número 25 de la ATP, sin haberse recuperado al completo, lo que en el deporte de máximo nivel puede establecer la tremenda diferencia entre ganar y perder.

De hecho, Muguruza encajó un contundente 6-1 en el primer set del partido de su estreno en Pekín. Lejos de dar síntomas de una posible remontada, la de Caracas siguió dando muestras de inferioridad en el segundo asalto del partido, cuando Strycova enfiló el camino de la victoria en un segundo parcial que comenzó ganando 2-0. “Quería darme una última oportunidad en la pista”, explicó, incapaz de aceptar una retirada prematura. Pero fue a esas alturas del partido cuando Muguruza, alejada de su mejor versión, la que le ha permitido alcanzar la cúspide mundial del tenis, decidió no prolongar la tortura. Porque así lo describió: “Ha sido muy duro”.

“Hoy ?por ayer? es el primer día que he venido a jugar”, informó después de abandonar en Pekín, refiriéndose a que no ha cogido una raqueta desde que inició su proceso gripal hasta ayer, por lo que no gozaba de rodaje para este debut ante Strycova, ni tampoco un óptimo estado de forma físico por las secuelas de la enfermedad. “Cogí un virus en Wuhan ?donde cayó eliminada en cuartos de final el pasado jueves? y desde que llegué a Pekín no he podido entrenar. En Wuhan fueron problemas físicos ?acabó jugando con una aparatosa venda en su muslo izquierdo?; aquí ha sido una gripe. Lo fácil podría haber sido retirarme pero pedí a ver si podía jugar el lunes e intentar darle la vuelta a la situación, pero no he podido”, expresó, rendida y alzando la mirada hacia el horizonte, al porvenir, y aparece el torneo de Singapur, adonde espera llegar “en las mejores condiciones”.

Si bien, en ese futuro también está la consecuencia de su retirada en Pekín, el quinto abandono antes de tiempo en un torneo en lo transcurrido de temporada (Roma en semifinales, Miami en dieciseisavos de final, Dubai en treintaidosavos, Brisbane en semifinales y Pekín en octavos), dado que puede ceder el número 1 mundial que ostenta. Esto sucedería en caso de que alguna de las tres tenistas que le persiguen en el ránking mundial conquisten el trofeo de Pekín: la rumana Simona Halep, la ucraniana Elina Svitolina y la checa Karolina Pliskova, 2, 3 y 4 de la clasificación mundial, respectivamente. La frustración de Muguruza, como dejó ver ayer, es no poder defender su estatus con su tenis, doblegado por la enfermedad. l