berlín -El italiano Carlo Ancelotti ya es pasado en el Bayern Múnich, que le destituyó ayer cuando todavía le quedaba año y medio de contrato. Es el fin de la historia de un desencuentro, cuyo detonante fue la derrota por 3-0 ante el PSG, pero el deterioro de la relación del entrenador con el club, y con el vestuario, venía de más atrás.
En su primera temporada, Ancelotti fue bien recibido y su estilo relajado se consideró un respiro tras las temporadas que la plantilla había estado sometida a la exigencia permanente y al perfeccionismo extremo de Pep Guardiola.
Además, el italiano había llegado con el prestigio de ser especialista en ganar la Champions y de lograr que el equipo estuviera en su mejor forma justo en abril y mayo, cuando se juegan los grandes títulos.
Guardiola, sustituto de Jupp Heynckes, que había ganado el triplete (Liga, Copa y Liga de Campeones) en 2013, se había quedado tres veces en semifinales y, además, el equipo bávaro había llegado con muchos problemas físicos a esa fase del curso.
La fórmula de Ancelotti era dosificar los esfuerzos. La estrategia no funcionó. El Real Madrid eliminó al Bayern en cuartos de final de la Champions, pero en ese momento no se responsabilizó de ello a Ancelotti.
Al final, justamente esos elementos, la rotación, la dosificación de la intensidad, fueron parte de lo que lo llevó al cese, además de que el vestuario en las últimas semanas se le había ido de las manos. Su primer distanciamiento fue con Thomas Müller, con quien Ancelotti no sabía muy bien qué hacer en su esquema. Luego siguió un desencuentro con Ribery. Y Robben se solidarizó abiertamente con Ribery y además hizo unas declaraciones en las que dijo que cuando Müller estaba en el campo él jugaba mejor por los espacios que le abría.
Contra el PSG, Müller estuvo en el campo, pero Robben, Ribery y Mats Hummels se quedaron fuera de la alineación titular. Nadie lo entendió. El sentido de la rotación suele ser reservar jugadores claves para partidos importantes y tres piezas claves se habían quedado por fuera del duelo ante el rival más fuerte en la fase de grupos de la Liga de Campeones.
“El rendimiento de nuestro equipo desde el comienzo de la temporada no ha respondido a nuestras expectativas”, dijo el presidente del Consejo Directivo del Bayern, Karlheinz Rummenigge, en un comunicado.
El segundo entrenador Willy Sagnol, que fue jugador del Bayern que ganó la Champions, en 2001, asumirá el cargo de manera interina.