washington - Donald Trump, presidente de Estados Unidos, tiene una gran capacidad para meterse en jardines espinosos. En los últimos días ha decidido meterse en uno con muchas espinas con las estrellas del deporte en su país. Curry, Lebron James o las estrellas de la NFL han estallado contra el presidente por la política racial de un mandatario que, como es habitual en él, no ha dudado en meterse en un charco del que no parece que vaya a salir limpio.
La historia de desencuentro entre Trump y el deporte comienza en agosto del año pasado. Ante la brutalidad policial reinante en Estados Unidos y los actos discrimatorios que sufrían las minorías, Colin Kaepernick, quarterback de los 49ers, decidió protestar clavando su rodilla en el suelo cuando suena el himno nacional antes de los partidos. La acción, seguida por algunos compañeros de la liga, pero no por la mayoría, levantó mucha polvareda. De hecho, Kaepernick, se encuentra a día de hoy sin equipo cuando muchos creen que tiene sitio de sobra en la liga.
Pero toda la polémica se fue diluyendo...hasta este el jueves pasado en el que Trump decidió resucitarla. “Si los fans de la NFL se negaran a acudir a los partidos hasta que los jugadores dejaran de faltar al respeto a la Bandera y al País, veríais lo rápido que cambian las cosas. ¡Que les despidan o que les suspendan!”, tuitó el presidente, que días antes había instado a los propietarios de los equipos de la NFL a que despidieran a los “hijos de perra” que hincaran la rodilla en el suelo durante el himno.
Pero la NFL replicó con unidad y durante los encuentros que se disputaron este fin de semana, donde numerosos dueños de franquicias como Arhur Blank, de los Atlanta Falcons, Dan Snyder, de los Washington Redskins, Jeffrey Lurie, de los Philadelphia Eagles, o Shad Khan, de los Jacksonville Jaguars, decidieron mostrar su respaldo a los jugadores de sus equipos y se unieron a ellos en las protestas uniendo sus brazos mientras sonaba el himno nacional. Otra forma de protesta que se vio en varios partidos fue la de no saltar al campo y quedarse en los vestuarios durante la ceremonia previa como fueron los casos de los Tennessee Titans o los Seattle Seahawks, mientras que sólo algunos miembros del cuerpo técnico de los Pittsburgh Steelers estuvieron en el banquillo en ese momento, con Alejandro Villanueva, exmilitar condecorado varias veces con medallas al honor, fue el único jugador que estuvo presente, pero a la entrada del túnel, apartado. Este acto se ha tomado como apoyo al presidente, pero el jugador de origen español no ha confirmado que esté del lado de Trump ni mucho menos, solamente lo hizo como una señal de respeto a sus compañeros militares.
Por su parte, Tom Brady (Patriots) y Aaron Rodgers (Packers), dos de los quarterbacks de más renombre de la NFL, también cruzaron sus brazos durante el momento del himno y en redes sociales publicaron mensajes llamando a la unidad en la sociedad estadounidense.
La NFL vive unos momentos complicados en cuanto a audiencias, algo que aprovechó el máximo mandatario norteamericano para lanzar varios misiles a la línea de flotación de la liga.
Contra los cracks de la NBA Pero la guerra de Trump contra varios de los iconos del deporte americano no acaba con la NFL. Desde la temporada pasada, los Warriors, equipo dominador de la NBA, han criticado la política racial de Trump. Su principal voz ha sido Steve Kerr, su entrenador e hijo de un héroe militar americano. Los campeones de la NBA siempre aprovechan su visita a los Wizards para visitar al presidente de turno. Pero los de la Bahía de San Francisco han decidido que no visitarán al presidente este año en forma de protesta. Y eso a Trump le ha sentado muy mal. Tanto que lo ha resuelto echando más gasolina al fuego. “Ir a la Casa Blanca es considerado un gran honor para el equipo campeón. Stephen Curry está dudando, por lo tanto, ¡se retira la invitación!”, tuiteó el ínclito, algo que fue respondido al momento por el mejor jugador de la liga y gran rival de los Warriors, Lebron James, quien ya hizo campaña a favor de Clinton en las elecciones pasadas. “Holgazán ¡Curry ya ha dicho que no va a ir! No hay ninguna invitación. ¡Ir a la Casa Blanca era un gran honor hasta que apareciste tú!”, comentó el alero de los Cavaliers al que siguieron estrellas como Chris Paul o el mismísimo Kobe Bryant.
Tanto la NBA como la NFL son dos organizaciones con gran renombre en el país y el conflicto en el que se ha metido el presidente no tiene muchos visos de que vaya a acabar bien para el mandatario republicano.