¿Cómo se aficionó a este deporte?

-Me enganchó mi tía cuando yo tenía siete años. Ella jugaba en el equipo femenino del Gaztedi y me animó a probarlo. Claro, yo tenía que jugar con los chicos, porque no hay categorías inferiores femeninas. Con 15 años ya jugué en el equipo senior femenino, donde coincidía con chicas mucho mayores que yo.

¿Qué le decían en su entorno?

-Mi propia familia tenía muchas dudas, porque lo veía como algo que podía ser peligroso. Les daba un poco de miedo, sobre todo porque yo era la única chica. Luego ya vieron que era lo que a mí me gustaba, y están muy contentos con ello. Ahora está más extendido, pero siempre hay personas que lo ven como algo demasiado bruto para una chica.

Pero sí que es un deporte muy duro, independientemente del género. Sobre todo algo como un Mundial.

-Pues sí, lo del Mundial podrían hacerlo mejor. Hemos jugado cinco partidos en dos semanas, que para el rugby es muchísimo. En otros deportes te cansas físicamente, pero aquí además sufres golpes muy duros. Si tuviésemos más días para recuperarnos mejoraría mucho la calidad de los partidos. Ahora que estamos de vuelta necesitamos tres o cuatro semanas de descanso total para recuperarnos.

Hablando de su estilo de vida, ¿se parece más al de un deportista profesional o al de uno amateur?

-Yo creo que está a medio camino. Desde el club nos indican las pautas que tenemos que seguir en cuanto a alimentación y ejercicio físico, pero es cuestión de cada una llevar el control en estos aspectos. Los entrenamientos sí que están llevados a rajatabla y tienes que cumplir todas las instrucciones. Esto lo hacemos tres días a la semana, y luego de lunes a viernes también tenemos una sesión diaria de físico y de gimnasio. Además del partido los fines de semana, por supuesto. Yo creo que está a medio camino entre el profesional y el amateur.

Además de los estudios, como es su caso.

-Sí, pero me dan bastantes facilidades en la universidad. Ha sido un año bastante complicado por los viajes. Igual me tiraba una semana fuera, luego otra en clase, después tenía que volver a irme... Así que tenía que coger menos asignaturas y hacer pequeños esfuerzos, como estudiar a las noches y ese tipo de cosas. Si haces sacrificios, se puede sacar.