El técnico brasileño del Guangzhou Evergrande, Luiz Felipe Scolari, confirmó ayer la salida del centrocampista brasileño Paulinho del equipo chino rumbo al FC Barcelona, el que sería el primer fichaje culé desde la sonada salida de Neymar Jr la pasada semana.

Scolari celebró la inversión culé en el fútbol chino, con un fichaje que rondaría los 40 millones de euros. El técnico del Evergrande no alineó a su compatriota en la victoria (2-1) de su equipo de ayer ante el Henan Jianye. “Paulinho es un jugador de gran calidad, en su club y con la selección. El alto precio que paga el Barcelona por su fichaje es un gran reconocimiento para el Guangzhou Evergrande. Le deseamos lo mejor y que tenga un gran futuro”, dijo.

El buen estado de forma de Paulinho, tanto en el fútbol chino como con Brasil, ha llamado la atención de un Barça que apura el mercado veraniego con los 222 millones ingresados por la venta de Neymar al PSG, sin confirmar fichajes más allá del portugués Nélson Semedo y los repatriados Gerard Deulofeu y Marlon.

La carrera de Paulinho en China estaba siendo brillante. Está considerado de manera incuestionable como el mejor futbolista de la Superliga del país asiático. En el centro del campo muestra casi siempre una tremenda superioridad sobre todo rival que se le ponga por delante, adornando su hoja de servicios con un buen puñado de goles. Es el alma del Guangzhou, sobre el que gira todo, también un ídolo absoluto para la hinchada. Pero con 29 años, la gran oportunidad de su carrera deportiva se ha abierto de par en par ante los ojos del jugador, que ha apretado todo lo que ha podido para jugar junto a Messi y compañía.

En el Barça saben que el interés por fichar a Paulinho se recibía entre la afición y, sobre todo, entre la opinión pública y el entorno con división de opiniones. Sin embargo, Valverde buscaba un futbolista que cumpla una función similar a la que desempeñaba Seydou Keita en el Barça de Pep Guardiola. Es decir, un jugador muy físico no exento de una buena técnica para no desentonar en un equipo de virtuosos. El que todavía no es blaugrana es Dembelé, que sigue sancionado por el Dortmund. - Efe/DNA