Barcelona - El PSG confirmó en la noche de ayer la incorporación de Neymar da Silva, que firma por cinco temporadas. “Estoy muy feliz de fichar por el París Saint Germain. Desde que llegué a Europa ha sido uno de los clubes más competitivos y más ambiciosos”, explicó después de la rubrica del contrato con el equipo galo junto a directivos de su nuevo club. El brasileño protagonizó el punto y final en su relación de cuatro temporadas con el conjunto culé horas antes. Sus representantes legales se personaron por la tarde en las oficinas del Barcelona y pagaron los 222 millones de euros que costaba rescindir el contrato del jugador. La entidad azulgrana confirmó, en un comunicado, que este pago era “en concepto de indemnización por la rescisión unilateral y sin causa del contrato que unía a ambas partes”, hasta el 30 de junio de 2021.

Por la mañana, los abogados de Neymar se desplazaron a la sede de LaLiga para depositar esos 222 millones, pero la patronal de los clubes españoles rechazó el pago, al entender que el París Saint Germain incumplía la normativa de la UEFA sobre el juego limpio financiero con el fichaje de Neymar. Los representantes de delantero paulista optaron, entonces, por acudir horas después al Camp Nou y entregar el cheque directamente al Barça. En las oficinas del club catalán fueron recibidos por el director general, Óscar Grau, y el jefe de los servicios jurídicos, Román Gómez Ponti. Tras efectuar el pago de la cláusula. El Barcelona avisó de que “trasladará a la UEFA los detalles de la operación para que depuren las responsabilidades disciplinarias que puedan derivarse de este caso”.

Oportunidad para valverde Con la desaparición de la MSN tras la fuga de Neymar, Ernesto Valverde tiene ante sí la oportunidad de reinventar un equipo que, las tres últimas temporadas, ha vivido casi exclusivamente al abrigo de su tridente. Y es que entre Messi, Suárez y Neymar han marcado nada menos que 363 goles durante las tres campañas que han coincidido en el Barça. De ellos, el 25% (90) han sido obra del brasileño; el 33% (120), del uruguayo, y el 42% restante (153), del argentino. Su conexión, dentro y fuera del terreno de juego, reportó unos réditos evidentes a los azulgranas. Pero también ha limitado el margen de maniobra de Luis Enrique, el que fue su entrenador durante esta etapa.

Con Lucho en el banquillo, el Barcelona se convirtió en un equipo sin pausa en la transición y que renunciaba a gobernar muchos partidos a cambio de entregar todo su fútbol al talento y la pegada de sus tres puntas, que siempre vivieron más felices en medio del caos. La presencia del tridente no solo condicionó el estilo, sino también la capacidad de elección del preparador asturiano, obligado a construir una alineación a partir de la presencia innegociable de la MSN en el once, lo que sucedió en 111 ocasiones.

Sin Neymar, que se marcha del Barcelona tras haber disputado 186 partidos, marcado 105 tantos y ganado diez títulos en cuatro temporadas, la MSN ya es historia, y Valverde tiene la oportunidad de reinventar el estilo Barça. Llevar la iniciativa del juego y mantener la presión alta en la recuperación, tras pérdida, parece lo único innegociable para Valverde, consciente de que el club catalán ha puesto en sus manos la mejor plantilla que ha entrenado en su carrera, lo que le obligará a hacer algunas concesiones para adaptarse a ella.

Aun así, el expreparador del Athletic podrá sentirse más libre que su predecesor a la hora de diseñar el nuevo Barcelona. Y, con la MSN desactivada, intentar recuperar el dibujo más tradicional de su libreta. Ello supondría dejar a Luis Suárez como única referencia ofensiva y poner tres medias puntas por detrás de él: quizá Deulofeu por la derecha, Messi por el centro y quién sabe si Iniesta o Dembélé (el Barça lo quiere como recambio de Neymar) por la izquierda.