Duración: 68:13 minutos de juego.
Saques: 4 de Bengoetxea VI (tantos 12, 15, 16 y 21).
Faltas de saque: Ninguna.
Pelotazos: 611 pelotazos en juego.
Tantos en juego: 9 de Bengoetxea VI, 4 de Beroiz y 10 de Urrutikoetxea.
Errores: 4 de Bengoetxea VI, 3 de Beroiz, 3 de Urrutikoetxea y 2 de Larunbe.
Marcador: 1-0, 4-1, 5-1, 6-2, 7-5, 12-6, 13-7, 13-8, 14-11, 16-12, 17-12, 19-12, 19-13, 20-15, 21-16 y 22-17.
Incidencias: Partido correspondiente al grupo A de la liguilla de semifinales de la feria de San Fermín de la LEP.M disputado en el frontón Labrit de Iruñea. Lleno. En el primer partido, Darío-Jaunarena ganaron a Arretxe II-Ladis Galarza (14-18). En el tercero, Peña II-Imaz vencieron en un choque duro a Elordi-Tolosa (16-18).
pamplona - La victoria del martes de Oinatz Bengoetxea y Mikel Beroiz en el Labrit de Iruñea fue de autoridad. Fue un golpe en la mesa. Sobre todo, por el zaguero de Uharte. El guardaespaldas, después de un invierno malo, un curso de altibajos, de dudas, de preguntas diarias y de una sustitución forzosa en el Parejas, expuso que su versión del pasado sábado no era una quimera. No era la flor de un día. Beroiz está realizando un ejercicio de resurrección. Y la autoridad le viene de ahí, de regresar, de volver, de sentirse en su lugar, de haber saboreado lo gris, lo amargo, lo feo, de la pelota a mano profesional hasta empujar un poco para arriba y dar sensación de tener dos manos frescas y haber ahuyentado a los fantasmas. Malditos fantasmas. Losas que se le agarraron a los pies, convirtiéndolos en plomos en mitad del océano. En el Labrit, ante un buen Mikel Larunbe, Beroiz pudo saltar. Volar un poco. Ayudado por un genio, un Bengoetxea campeón, que le contagió hasta el tuétano. Si bien Oinatz y Mikel Urrutikoetxea se enzarzaron en un bonito duelo en los cuadros alegres, la noticia más importante del martes se deriva del crecimiento de un necesario Beroiz en época de bombarderos. En tardes de tierra quemada se agradecen las credenciales de pelotaris de trinchera.
Con estos ingredientes sobre el tapete iruindarra, el duelo por el hueco en la final de San Fermín fue de pantalón largo. Choque de invierno en mitad de julio. Un encuentro de campeonato, serio, intenso, con brillo, que alumbró la seriedad de cuatro contendientes de talla grande. Quizás en la refriega bajó un puntito Larunbe, que encajó cuatro saques y se vio respondido por un contestón adversario, que no cedió aunque la exigencia azul apuntara a un Vietnam para el zaguero. El miedo a Bengoetxea pudo escocer al guardaespaldas, que se creció en el traqueteo. Y el arte, la brújula con norte a la canalla, plegó su sonrisa hacia el leitzarra, trabajador y fino con el bisturí. Aunque Urrutikoetxea acabó más tantos y cerró ganchos inmensos, las claves las manejó el navarro con arte y ensayo. El gancho con el que cerró Oinatz el duelo fue un primor, a vida o muerte, y la moneda en el aire salió cara.
Los vizcainos remaron a contracorriente toda la cita, observando de lejos a los navarros, sólidos desde los primeros instantes. Bengoetxea VI percutió en el txoko para sacar tajada. Cuatro tantos sacó de la manga por la pared. El marcador se estiró hasta el 6-1, que transformó en una escalada el choque para Urrutikoetxea y Larunbe.
El 6-2 fue un tanto de trabajo y tres errores seguidos colorados insuflaron vida a los azules. Pero ahí estaba Oinatz para recuperarse. El 7-5 fue un gancho muy bueno. Una escapada de Beroiz que fue tanto desatascó la diferencia y dos pelotazos arrimados del uhartearra le pusieron en números de delantero. El 12-5 fue un saque.
En ese instante, la hoja de ruta de Urruti y Larunbe se transformó en una huida hacia adelante. El guardaespaldas navarro aguantó como una roca el castigo del galdakoztarra e incluso se sumó a las andanadas con zarpazos de potencia. En el tú a tú, el de Zaratamo tuvo que poner la pimienta. Marcador obliga. Se colocaron 13-11 y la emoción creció. Un dos paredes a vida o muerte de Oinatz volvió a frenar la revuelta. Y se repitió el guion: estirón hasta el 16-11.
El planteamiento acabó siendo una pelea continua de los vizcainos, notables, ante un dueto de sobresaliente. Urruti se alistó en el funambulismo pero, a pesar de llegar al 17 con chispa, se le escapó la final.