vitoria - La Iglesia Parroquial de San Miguel se quedó ayer pequeña para despedir a Alberto Zerain, fallecido hace días en la arista del Mazeno del Nanga Parbat junto a Mariano Galván cuando trataba de hollar un nuevo ochomil en su dilatada trayectoria como alpinista. Cientos de personas del mundo de la política y, sobre todo, del montañismo, donde el vitoriano era una figura muy respetada y querida debido a sus indudables méritos, quisieron despedir a una figura emblemática del territorio alavés que deja un importante legado no solo como deportista sino también como persona.
El centro de todas las miradas fueron su viuda Patricia y sus dos hijos, Andoni y Jon, que recibieron las condolencias y el cariño de familiares y amigos en una jornada muy emotiva. El funeral estuvo presidido, además, por una estatua de madera de San Prudencio que Zerain subió a la cumbre del Everest en su primer ascenso a la montaña más elevada del mundo en 1993. En la misa en memoria del montañero, oficiada por varios sacerdotes y en la que hubo intervenciones tanto del entorno de la familia como del Abad de la Cofradía de la Virgen Blanca (Ricardo Sáez de Heredia), se realizaron cuatro ofrendas a San Prudencio, un piolet, la ermita de San Vittor y una mochila. La Coral Manuel Iradier, donde está ubicada una sociedad excursionista a la que el alavés acudía con asiduidad, también fue protagonista con sus cánticos. Para finalizar, tuvo lugar un aurresku en el que tomaron parte un grupo de txistularis y dantzaris en la propia balconada de la Virgen Blanca.
Como no podía ser de otra manera, por la basílica de la capital alavesa desfilaron nombres ilustres relacionados con la montaña a nivel estatal y vasco para dar un último adiós con todos los honores a Zerain. Entre ellos, destacaron Carlos Soria o Sebas Álvaro, además del primo de Zerain, Koke Lasa, José Ramón Agirre -con el que el vitoriano ascendió al Everest en 1993-, Juanra Madariaga, Iñaki Kerejeta, Ángel Rosen, Josu Alcaraz, Juanjo Tamayo, Jonatan García o Benja Ruiz de Infante.
Sin embargo, la gran sorpresa vino derivada de la presencia de Fernanda Insúa, novia de Mariano Galván, que se encuentra en España durante estos días y acompañó a Patricia en un día tan triste.
Y es que el fallecimiento de Zerain ha supuesto un golpe muy duro del que tratan de rehacerse todos los que le conocían. “A Alberto le conocía de toda la vida. Ha sido un accidente con muy mala suerte. Al igual que Mariano, eran dos personas muy fuertes y que estaban en buenas condiciones físicas. Era una aventura para ellos y sabían dónde se metían. Todos sabemos lo que puede ocurrir en estos casos”, reconoció un cariacontecido Carlos Soria minutos antes del funeral.
Al acto asistieron también autoridades como el diputado general Ramiro González, el consejero Bingen Zupiria y el alcalde de Vitoria Gorka Urtaran, que hizo hincapié en que Zerain era “una persona muy querida y con unos valores profundos no solo en el mundo de la montaña sino también como persona”.