moscú - Alemania, con un equipo joven pero duro como siempre, deberá ponerlo todo en el asador para demostrar su condición de campeón del mundo y ganar la semifinal de la Copa Confederaciones que disputa hoy contra México, una escuadra que nunca se rinde y que lucha por cada balón como si fuera el último.

El seleccionador Joachim Löw ha traído a Rusia una especie de Alemania B, un equipo muy joven en el que faltan todos los que ganaron hace tres años el campeonato del mundo y también la gran mayoría de los jugadores que han disputado partidos clasificatorios para el Mundial de 2018.

Pero hasta ahora, nadie puede decir que le haya salido mal el experimento a Löw, como él mismo lo ha llamado, porque si bien los germanos sufrieron para empatar con Chile y ganarle a Australia, al final fueron los primeros de su grupo.

“Pese a su juventud, cada uno de los (jugadores) alemanes acumula muchísimos partidos al más alto nivel. Han debutado como profesionales con 16 o 17 años, y juegan en el campeonato alemán y el la Liga de Campeones”, dijo ayer sobre su rival de mañana el entrenador de México, el colombiano Juan Carlos Osorio.

Ante México, el planteamiento de los teutones será muy distinto del que han mostrado hasta ahora en el torneo: atacar, meter presión y hacer un fútbol tan directo como el que hace la escuadra latinoamericana.

“Tienen estilo, realmente salen a la caza del balón y están muy bien preparados técnicamente. Nos espera un partido muy intenso, no hay duda”, dijo hoy Löw sobre la selección mexicana.

El lateral del Colonia, Jonas Héctor, admitió que para ganar a los pupilos del Osorio es necesario jugar “un fútbol directo” y llevar al rival al propio terreno, sin dejar que tome la iniciativa. - Efe