Vitoria - A medida que se acumulan los esfuerzos, el cansancio comienza a hacer mella tanto en el cuerpo como en la mente de los deportistas y convierte en imposibles objetivos que a priori deberían entrar perfectamente dentro de sus posibilidades. Por eso, resulta habitual en las pruebas de larga distancia que se produzcan bajones inesperados en el tramo final de las mismas. Cuando se habla de Ironmans, todo se complica exponencialmente. Porque tras 3.800 metros de natación y 180 kilómetros de bicicleta espera nada menos que un temible maratón. Un último y colosal esfuerzo que pende como la espada de Damocles sobre los triatletas. Para muchos, se trata de una interminable agonía en la que tienen suficiente con aspirar a alcanzar la línea de meta.

Los hay sin embargo que no se conforman con eso y van todavía un paso más allá. Es precisamente el caso de Javi Pérez, para quien el segmento a pie es uno de sus puntos fuertes. “Normalmente suelo acabar bastante fuerte y soy capaz de mantener un buen ritmo durante los cuarenta y dos kilómetros, lo que permite ir recuperando posiciones y cogiendo a otros que empiezan por delante pero van bajando poco a poco”, explica. Por eso, el vitoriano se ha marcado un ambicioso objetivo para la próxima edición del Triathlon Vitoria-Gasteiz. Nada menos que bajar de las tres horas en el maratón final. “Desde que empecé he ido rebajando mis marcas y voy a tratar de conseguirlo. En Lanzarote estuve cerca pero hacía muchísimo calor y al final me fui a las 3.04. Espero que caiga en casa”. - T.S.