Desde hace una semana el Lacturale Araski tiene encima de su mesa la invitación por parte de la FIBA para jugar la próxima campaña la Eurocup. Fue la Federación Española de Baloncesto la que envió la documentación pertinente a los primeros seis clasificados de la Liga Femenina (LF): al Perfumerías Avenida una plaza para jugar la Euroliga y al resto de equipos hasta el sexto clasificado para disputar la segunda competición continental. Ahora tienen de plazo hasta el próximo 16 de junio para comunicarle a la FEB si quieren o no medirse a clubes del continente y en caso afirmativo disponen de otra semana más para ingresar en la FIBA el canón de inscripción -600 euros- además de un depósito de 10.000 euros. Sin embargo, el coste total, al menos hasta el cruce de cuartos, se incrementa en otros 60.000 euros aproximadamente. Y es que en caso de dar el paso, el cuadro vitoriano disputaría una fase previa que arrancaría a finales de septiembre, una eliminatoria de grupos y después el cruce de octavos. Se encargarían de todos los gastos de sus contrincantes cada vez que visitaran Vitoria, es decir, el desplazamiento desde el aeropuerto más cercano, el hotel y los arbitrajes.
Suena francamente bien que en el estreno del cuadro vitoriano en la máxima categoría del baloncesto femenino haya un billete para jugar la Eurocup, pero la realidad económica de la entidad viste después otra realidad. “A día de hoy ni nos lo hemos planteado. No estamos en condiciones de valorar esa posibilidad”, reconoce la presidenta, Livia López. Asumen que es mejor pisar en tierra firme y dar pasos sobre seguro. “Sufriríamos más de lo necesario a nivel competitivo”, reconoce. Y es que hay asuntos que todavía no están cerrados totalmente como es el caso, por ejemplo, del patrocinio principal. Se está muy cerca de sellar la continuidad de Lacturale -probablemente se haga durante esta semana o la que viene-, pero no es ese el único soporte financiero sobre el que sustentar el presupuesto del ejercicio futuro. La plantilla se ha revalorizado tras su excepcional curso y ese es un peaje que debe asumir el club para su segunda campaña en la categoría. Aumenta el caché de las jugadoras y de momento los números dan para lo que dan.
El caso es que la documentación para jugar en Europa está encima de la mesa y durante los últimos días no se han sentado las responsables del Araski a al menos leer las condiciones. Tienen dos semanas para hacerlo, aunque salvo giro inesperado parece que no darán el paso. Restan fichajes por hacer y renovciones por ejecutar para conformar una plantilla de garantías que pelee por los objetivos domésticos como para pensar en cotas de rango internacional. Al menos les queda la sensación de que a poco que el la entidad siga por ese camino alguna temporada podrá estrenarse en Europa.