ROVETTA - El Giro 2017 entra en su fase definitiva con la llegada del pelotón a los Dolomitas. Tras haberse subido solo puertos aislados -el duro Blockhaus y el no tan duro Oropa-, llega la verdadera alta montaña.

Nairo Quintana (Movistar) va a contar esta semana final con cuatro etapas a su favor para remontar la desventaja de 2:41 que tiene ante el holandés Tom Dumoulin, que a su favor cuenta con los casi 30 kilómetros de la crono final del domingo.

La jornada de hoy, con un desnivel positivo acumulado de 5.400 metros, puede ser una de las más decisivas de este Giro, porque al esfuerzo de cubrir 222 kilómetros se unen las ascensiones al Mortirolo (por su lado menos duro: 12,6 km al 7,3% de pendiente media), al Stelvio (21,7 km al 7,1%) y, muy cerca de la meta, al Umbrailpass, de 13,5 kilómetros al 8,4%, tras cuya cima solo quedará un vertiginoso descenso hacia la meta de Bormio.

Quintana se mostraba ayer optimista con sus posibilidades: “Tenemos un gran equipo y estamos convencidos de que podemos lograr el triunfo. Normalmente siempre estoy muy bien en la tercera semana”.

Respecto a la etapa de hoy, explicaba: “Es una etapa muy, muy dura en la que se puede pagar también el desgaste de lo que va de Giro. Para mí sería bueno que fuera una etapa de mucho castigo, pero también hay que pensar que por delante aún habrá etapas que, aunque no lo parezca, pueden hacer más daño y más diferencias”. - DNA/E.P.