Duración: 35:14 minutos de juego.

Saques: 7 de Irribarria (tantos, 10, 13, 15, 16, 17, 20 y 22).

Faltas de saque: Ninguna

Pelotazos: 172 pelotazos en juego.

Tantos en juego: 8 de Irribarria y 3 de Artola.

Errores: 3 de Irribarria y 6 de Artola.

Marcador: 0-1, 1-1, 1-2, 2-2, 3-3, 4-5, 17-6, 18-6 y 22-6.

Botilleros: Ejercieron de botilleros Jon Apezetxea (con Iker Irribarria) y Mikel Artola (con su hermano, Iñaki).

Apuestas: Se cantaron de salida posturas de 100 a 30 a favor de Irribarria.

Incidencias: Partido correspondiente a los cuartos de final Campeonato Manomanista de Primera de la LEP.M disputado en el frontón Astelena de Eibar. Lleno.

eibar - Las famosas dudas del primer partido no duraron ni diez tantos en la mente de Iker Irribarria. Las malas sensaciones de los entrenamientos y el poco tiempo para preparar un campeonato tan exigente como el del Manomanista crearon incertidumbre en el delantero de Arama. Por suerte, no fue el pelotari con el brazo más atenazado de los que estuvo en la cancha. Iñaki Artola no tuvo su día. Incapaz de aprovechar su fortaleza física, apenas inquietó a su rival y el aramarra no desperdició la oportunidad para pasarle por encima. La falta de colmillo condenó al pelotari de Alegia e Irribarria creció sin presión para llegar con solvencia al último cartón. Un estreno que muchos hubieran firmado, victoria por 22-6 y sin la necesidad de forzar el motor. Vivir de los regalos concedidos y bastarse con un papel correcto para desarbolar a su rival.

La primera muesca de Irribarria en el presente Manomanista. El primer paso dentro de una empinada escalera en la defensa del título. Vestir de colorado durante todo el año es una bonita sensación, engancha, y el campeón quiere seguir con ese honor. Su prueba inicial la superó con solvencia y comenzó asustando a sus rivales más con los números del resultado, que con las sensaciones vividas sobre la cancha. No fue el pelotari arrollador de sus mejores días, pero un parcial de 19-1 dejó claro que nada se le puede regalar. El aramarra no necesita mucho para conseguir el tanto y la más mínima imprecisión puede ser condenada.

En la victoria de Irribarria fue parte fundamental el mal día de Artola. El delantero de Alegia acabó tocado por no haber podido dar su versión real de juego. La chispa le fue esquiva en todo momento, las dudas le atenazaron el brazo y no aprovechó las oportunidades que tuvo para hacer daño al rival. Su fortaleza física y buena defensa le permitieron ir igualado en el marcador durante la primera parte del encuentro, pero en la segunda desapareció del mapa. Una pelota fallada con todo a favor con el 6-5 fue la condena definitiva. Fue mucho más que un tanto regalado, fue el final. A partir de ahí, Artola ya solo fue capaz de sumar un cartón más. En esta fase, el disparo inicial fue decisivo. Ninguno de los seis saques del alegitarra causó el más mínimo dañó y a la hora de responder, Irribarria le complicó la existencia al colarle siete tantos desde el saque.

Inicio igualado Aunque los primeros pelotazos no vislumbraron una victoria tan cómoda de Irribarria. El encuentro arrancó con demasiados errores. Ninguno de los dos pelotaris consiguió encontrar su sitio en la cancha y los empates en el marcador fueron acumulándose. Fue un partido en el que sumó primero el que no erró y solo una dejada de Artola dejó algo de brillantez. Sin acciones merecedoras de calurosos aplausos, el vigente campeón quiso imponer su ley con sus largos pelotazos, pero o el propio alegitarra con una buena defensa de volea o el techo del Astelena le impidieron abrir brecha. Irribarria no estuvo fino, fue vulnerable en los compases iniciales, pero Artola lejos de aprovechar esas debilidades se contagió de ellas y ya no se recuperó más.

Irribarria fue creciendo al mismo tiempo que la figura de Artola se hizo más y más pequeña. La buena defensa desapareció y las pocas dosis de brillantez mostradas hasta el momento fueron borradas del mapa sin demasiado esfuerzo. El aramarra consiguió cogerle las medidas al Astelena y sin necesidad de arriesgar demasiado puso pies en polvorosa. Apoyado en el saque, Irribarria consiguió un parcial de 19-1 para cerrar el partido por 22-6. Ahora, en las semifinales espera Beñat Rezusta, el amigo durante muchos meses en el Parejas de Primera, con el que tocó las mieles del éxito y ante el que se fajara con la intención de alcanzar su segunda final del Manomanista consecutiva.