Después de dejar escapar la oportunidad única de sentenciar la lucha por la Liga ante el gran rival y delante de su afición en el Bernabéu, el Madrid no tiene tiempo para las lamentaciones. Está obligado a levantarse en Coruña si no quiere intercambiar los papeles con el Barcelona -que hoy se enfrenta a un Osasuna al que puede dejar matemáticamente en Segunda- y dejar de depender de sí mismo.
Pese a la derrota en el clásico todo sigue en manos de un Madrid que perdió el liderato, pero que aún tiene el partido pendiente ante el Celta. Sin embargo encara los seis encuentros restantes como finales y la primera es ante un Dépor que ya avisó de su peligro ante los grandes con su gran partido en el Bernabéu y tumbando al Barça en Riazor.
La primera final que marca Zinedine Zidane la encara con rotaciones y sin algún jugador de la importancia de Sergio Ramos y Gareth Bale. El capitán fue expulsado en el clásico y cumplirá sanción. Provoca que ante la baja por lesión de Pepe se tenga que acelerar el regreso de Raphael Varane tras dos lesiones consecutivas en su bíceps femoral izquierdo. El central francés será titular o Casemiro tendría que retrasar su posición.
En Madrid un doblete de Joselu Mato puso a los blancos contra las cuerdas, aunque al final completaron la remontada con el acierto de Ramos en una acción de estrategia en el minuto 92. Dolidos por aquella derrota y ahora con Pepe Mel como técnico, tratarán de vengarse en Riazor, campo en el que tropezaron el Atlético (1-1) y el Barcelona (2-1). -Efe