estella - El británico Simon Yates (Orica) se adjudicó ayer la 19ª edición del Gran Premio Miguel Induráin, al llegar en solitario a la línea de meta en el alto de la Basílica del Puy. Un final atípico, porque generalmente la prueba se decide en la ascensión final tras llegar a ella un grupo más o menos numeroso de corredores.

En la prueba, de 186 kilómetros de recorrido con salida y llegada en Estella, participaron 17 equipos, cinco de ellos de World Tour (Movistar, Sky, Katusha, Orica y Cannondale). El canadiense Michael Woods (Cannondale) fue segundo a 23 segundos, igual que el colombiano Sergio Henao (Sky), que completó el podio.

Yates, que había intentado una escapada junto Gorka Izaguirre (Movistar) en el último paso por Estella, fraguó su victoria en la subida a Eraul, a 10 kilómetros para meta, con un ataque definitivo al no haber entendimiento atrás, por lo que llegó solo a la Basílica del Puy. En una carrera con lluvia intermitente, los intentos de escapada se produjeron desde los primeros kilómetros, con una fuga de varios kilómetros protagonizada por un grupo de ocho ciclistas a la salida de Los Arcos. Este grupo de escapados llegó a disponer de más de tres minutos de ventaja respecto a un pelotón liderado por el Movistar, que ejercía el control de la carrera. De los escapados se fueron quedando corredores rezagados hasta formarse un trío con el ruso Matvey Mamykin (Katusha), el checo Roman Kreuzinger (Orica) y el austríaco Nicholas Schultz (Caja Rural).

Estos tres ciclistas coronaron el alto de Guirguillano, de Primera categoría y a 65 kilómetros para la meta, con solo 30 segundos de ventaja respecto al pelotón, que finalmente abortó la escapada 15 kilómetros después, para coronar Lezaun agrupados. Yates e Izaguirre lo intentaron en el último paso por Estella, con un pelotón de pocas unidades que se rompió en dos en la subida a Irache-Ayegui, sin los grandes favoritos Alejandro Valverde (Movistar) y Michal Kwiatkowski (Sky) en el grupo cabecero.

Movistar, con Marc Soler; Sky, con Sergio Henao; y Orica, con tres corredores en un grupo cabecero de nueve ciclistas, incluido Simon Yates, daban por bueno el corte. El británico consiguió sorprender con un ataque en la ascensión a Eraul, sin que por detrás se pusieran de acuerdo, para llegar en solitario a la subida al Puy, de 800 metros. - Efe