bilbao - La pretemporada del Campeonato del Mundo de MotoGP de 2017, que arranca este domingo con el Gran Premio de Catar (20.00 horas), no ha arrojado grandes respuestas a la incertidumbre que trae consigo cada cambio de curso. De hecho, solamente ha dejado una verdad absoluta y es que Maverick Viñales ha aterrizado en el equipo oficial Yamaha para ser competitivo -lo que quiere decir que su nivel de pilotaje va acompasado de la exigencia del asiento que ocupa-, desde el primer instante.
El piloto de Roses ha sido el más rápido en cada uno de los tres ciclos de entrenamientos que se han celebrado en 2017 (Malasia, Australia y Catar) y también lo fue en el desarrollado en Valencia a mediados de noviembre de 2016, nada más acabar el pasado curso. El catalán es la gran excepción de este periodo de entreguerras, dado que no ha habido ningún otro que haya presentado una regularidad evidente. Esta condición de Viñales de líder de invierno casa además con sus aspiraciones: el gerundense no esquiva la responsabilidad de que pertenecer al equipo oficial de Yamaha es sinónimo de ser obligatoriamente aspirante al título. “Cuando llegas a Yamaha sabes que es para ser campeón”, asumió Mack en la presentación con su nuevo equipo.
Otro dato esperanzador para el piloto más destacado de la pretemporada es que ha sido el más veloz en diferentes trazados y condiciones, lo cual no solamente da cuenta de su talento, sino que además proyecta el equilibrio del que goza la máquina Yamaha. No en vano, es la única marca que puede presumir a estas alturas de regularidad en sus resultados. Con estos antecedentes, no sería descabellado que Viñales, en su debut con Yamaha en el G. P. de Catar en el nacimiento de la temporada 2017, ascienda al primer cajón del podio, lo que la fábrica japonesa ha logrado en cuatro de las cinco últimas ediciones de la prueba catarí. “Solo vale ganar desde la primera carrera. Soy muy competitivo”, subraya para navegantes Viñales, con una osadía en su discurso poco habitual. “En mis planes no entra quedar segundo o tercero”, sostiene. Lo cierto es que ha sido el más rápido en vueltas individuales y también en ritmo. La Yamaha da la impresión de estar hecha a su antojo y la situación evoca a aquel guante que encontró Casey Stoner al recalar en Ducati en su día y protagonizar una de las grandes gestas de la historia del motociclismo.
Cabe decir también que a Valentino Rossi le ha costado encontrarse cómodo sobre la montura de los diapasones. “No recuerdo un invierno así de complicado con la Yamaha. Con otras motos sí, pero con esta no”, repasa Il Dottore, que a sus 38 años sabe que se le agotan las balas para poder ser decacampeón mundial. “Estoy preocupado, los test no han ido nada bien. Necesito un milagro”, añade de cara a la carrera inaugural el italiano, octavo en el ranking general de los test de invierno. “No me creo los tiempos de Rossi, creo que se guarda algo”, dice Viñales al respecto. Desde luego, el italiano es consciente de que su primer enemigo está en casa.
Por supuesto que se espera en las zonas delanteras a los clásicos Marc Márquez, Dani Pedrosa, Valentino Rossi y Jorge Lorenzo, el cuarteto que en los últimos tiempos ha partido como favorito. Sin embargo, la pretemporada no ha destacado a un segundo piloto de manera clara. Esto es debido a que en los tres test de 2017 el segundo piloto más rápido no ha sido dos veces el mismo. Es decir, Andrea Iannone, debutante en Suzuki, se instaló por detrás de Viñales en Sepang; en Phillip Island, el segundo fue Marc Márquez con su Honda; en Losail, el segundo mejor piloto fue Andrea Dovizioso con la Ducati. Es llamativo que, además de que ningún piloto ha repetido la citada segunda posición, tampoco lo ha hecho ninguno de los equipos, lo cual puede ser un síntoma de que este año la competencia en la lucha por los podios está garantizada. El abanico, por lo menos antes de darse el pistoletazo de salida, es abierto.
4-5 aspirantes por carrera “No creo que haya nueve ganadores distintos este año -en 2016 se dio semejante récord histórico-, pero sí que habrá varios pilotos con opciones a la victoria, quizás no un número tan elevado como nueve, pero hay cuatro o cinco que están ahí”, considera Marc Márquez, vigente campeón y en persecución de su sexta corona mundial. Muy a pesar de Viñales y su dorada pretemporada, es sin lugar a dudas el rival a batir. “En 2016 ayudó mucho que lloviera en varias carreras. En algunas condiciones, otros pilotos pudieron arriesgar más. Este año todo está más estabilizado: la electrónica, los neumáticos...”, añade el de Cervera, que se ve “con un nivel óptimo para optar al podio desde las primeras carreras”. Palabras que por otro lado no destilan demasiada ambición o simplemente llegan disfrazadas por la prudencia o el ocultismo. No obstante, Márquez admite que llega al inicio del curso mejor que otros años, lo cual es un elevado índice de peligrosidad para el resto, sobre todo teniendo en cuenta que en 2016, dados los grandes problemas de pilotaje que presentaba la Honda, se solicitó incluso recuperar el motor de 2015 para la carrera inaugural, cosa que no se hizo y Marc acabó tercero en el amanecer de la pasada campaña.
En cuanto a esos posibles aspirantes a ganar cada carrera, a juicio de Márquez los candidatos son, además de lógicamente uno mismo, “Rossi, Viñales, Pedrosa, que ha hecho una pretemporada muy consistente...; falta ver a Jorge Lorenzo con la Ducati, puede hacer buenas carreras y la incógnita es si podrá estar todos los domingos luchando por el podio, lo que indicará si puede aspirar al campeonato”. No obstante, Márquez asegura que “hasta media temporada no sabré quién es mi gran rival”. Pero por de pronto, sitúa a Lorenzo un escalón por debajo de otros nombres.
Si hay que destacar a otro piloto por su actuación en la pretemporada, este es Dani Pedrosa. Elaborando una media de las posiciones logradas por cada piloto en los test, ha sido el segundo más fructífero del ciclo invernal y el referente del equipo oficial de Honda. De modo que el de Castellar del Vallés tiene la regularidad en su mano y llega a Catar en buen estado de forma, además de con “mucha ilusión y con ganas de mostrar mi mejor versión en todas las áreas”. No es secreto que los años pasan y a Dani se le agota el tiempo para coronarse en la categoría reina, el título que le falta. Aunque admirado en el paddock debido a su estilo de pilotaje y finura, por su clase, la opinión enquistada y generalizada sobre él, en base a su trayectoria, es la de segundón. Y el catalán querrá sacudirse esa vitola.
El siguiente en ese orden clasificatorio sería Andrea Dovizioso, a estas alturas puntal de Ducati, dado que el italiano ha batido a Lorenzo en todos los test y no se ha visto por detrás del séptimo lugar. Pero también es cierto que el mallorquín ha rodado siempre en progresión: fue décimo en los primeros entrenamientos, después octavo y finalmente cuarto. Lorenzo es, al igual que Cal Crutchlow -el año pasado fue proclamado mejor piloto independiente merced a sus dos sorprendentes triunfos-, uno de los pilotos que siempre ha estado en el Top 10 de la pretemporada. “Teniendo en cuenta el potencial de Lorenzo y de Ducati, estamos entre el 75% y el 85%”, expresa Cristian Gabarrini, jefe de mecánicos del mallorquín. Esto indica que en la casa de Borgo Panigale depositan la fe en un considerable margen de mejora. “Posiblemente, Dovizioso vaya más rápido que yo”, admite sobre el inicio de la temporada Lorenzo, que está ante el mayor reto de su carrera deportiva, como así lo reconoce: “Quiero hacer algo realmente difícil”. Aunque por otro lado confiesa que le ha costado adaptarse a la montura italiana y que, “si no mejora la moto, veo difícil ganar el Mundial”. O sea, rebaja sus opciones al menos en los albores del nuevo curso, pero de sus palabras se destila que si ha desembarcado en Ducati es con el único objetivo de ser campeón. Cierto es que la prohibición este año por cuestiones de seguridad de las alas en las motos, aspecto en el que Ducati era el equipo que más trabajo de desarrollo había realizado, ha obligado a reconfigurar la aerodinámica de la máquina italiana. Sin duda, un gran contratiempo.
un año de mudanzas Seguramente el mayor interés en cuanto a cambios se refiere de cara a la campaña 2017 sea la multitud de mudanzas en la parrilla. La más significativa es la de Lorenzo a Ducati, que trajo consigo un efecto dominó que colocó a Viñales en Yamaha como reemplazo del mallorquín. Pero además, Iannone y Alex Rins, que da el salto de categoría, han recalado en Suzuki, máquina de la que se espera que siga progresando como lo hizo el curso pasado. De hecho, es tal el estatus que dio Viñales a la Suzuki en 2016, que desde la marca japonesa se deshacen en elogios hacia su antiguo piloto: “Será aspirante al título los próximos diez años”. Aleix Espargaró se ha afincado en Aprilia, que contará con el también debutante que asciende de cilindrada Sam Lowes. Asimismo, se incorpora a la categoría reina la marca KTM -también lo hace este año en Moto2-, que tiene a los mandos a Bradley Smith y Pol Espargaró. La firma austríaca, hegemónica en Moto3 durante los últimos tiempos, no ha proyectado grandes resultados en invierno, pero su ingreso en MotoGP solo se entiende si la voluntad es la de seguir mejorando. Por último, también están los ascensos de categoría de Jonas Folger y Johann Zarco, que correrán para el Tech3 de Yamaha, equipo que suele asomar alguna que otra vez con posibilidades de podio.
Para dar cuenta del nivel que hay MotoGP, decir que habrá más pilotos con título de campeón del mundo que sin él. De los 23 inscritos, 12 pilotos cuentan con al menos un cetro mundial -se incluyen los dos campeones del Mundial de Superbikes, Cruthlow y Lowes-, mientras que 11 de ellos no lo poseen. En total, la parrilla amasa 31 títulos, siendo Rossi (9), Márquez (5) y Lorenzo (5) quienes acaparan la gran mayoría. Además, hay cinco pilotos subcampeones (Rins, Redding, Miller, Barberá y Smith).
En cuanto a las nacionalidades, España cuenta con más representantes que nunca en la máxima cilindrada del Campeonato del Mundo, ya que 10 de los 23 pilotos son españoles, dato que se interpreta como un reconocimiento al éxito en el trabajo de formación. De hecho, 7 españoles son campeones y entre ellos acaparan 17 de los 31 títulos que hay repartidos en la parrilla. Son ingredientes para pensar que 2017 promete; Losail despejará las primeras incógnitas.